La Guardia Civil detuvo a un joven de 18 años por cometer supuestamente el secuestro de otro en la localidad valenciana de Miramar para obligarle a cometer, a su vez, el rapto de su exnovia.

Los familiares del joven denunciaron en Cullera su desaparición y se inició entonces la "operación Zelle", en la que se averiguó que el presunto autor del secuestro era un joven de la misma edad de origen marroquí que a primeros de julio ya fue detenido por retener ilegalmente a otra persona en un pequeño trastero. Al parecer, el joven marroquí contactó con la víctima para ofrecerle un trabajo, que era secuestrar a su exnovia para que ésta retirara una orden de alejamiento que tenía contra él. La víctima se negó y el ahora detenido simuló ser miembro de una organización criminal y solicitó dinero para liberarle.