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El avilesino que mató a sus hijas con una radial se muestra "prepotente" en prisión

La madre de Amaia y Candela pide "tranquilidad" tras aparecer pintadas en la inmobiliaria del asesino y expresa su "confianza" en la justicia

Un joven junto a un improvisado altar por las pequeñas. RAFA VÁZQUEZ

David Oubel, el avilesino que en Pontevedra que decapitó a sus hijas con una radial, exhibe en la cárcel de A Lama, en la que ingresó el sábado, la misma actitud "chulesca" que mostraba en su vida diaria. Parece lejos del arrepentimiento o la vergüenza por la vil muerte de Amaia y Candela. "Sigue como en una nube, como si no se diese cuenta de lo que ha hecho", indicaron fuentes conocedoras del caso, quienes no dudan en indicar que su actitud es "muy prepotente", incluso entre rejas. Al parricida le vigilan de forma constante para impedir que se suicide, aunque su primer intento, tras matar a las niñas, no parece que fuese serio, ya que los agentes de la Guardia Civil le encontraron en la bañera, con cortes superficiales.

Mientras la madre de las niñas hacía ayer un llamamiento a la "tranquilidad" (en el negocio inmobiliario del infanticida han aparecido pintadas llamándole "asesino" y antes de pasar ante el juez fue insultado por una masa enfurecida) y expresaba su "confianza" en la Justicia, se conocieron nuevos detalles de la personalidad Oubel, quien ya había protagonizado un episodio violento en el Centro Médico del municipio, donde agredió a su médico de cabecera cuando ésta se negó a darle una baja laboral. "Fue un hecho aislado, estas cosas no son habituales", apuntó ayer un trabajador del centro.

El incidente, pendiente de juicio tras presentar la correspondiente denuncia, sucedió hace un año cuando el presunto parricida intentó asfixiar a la facultativa que lo atendía, una doctora que se había incorporado a su puesto meses antes. Otra versión apunta a que Oubel agarró a la doctora por la pechera y la empujó.

Según uno de los vecinos, cuya pareja se encontraba en el centro médico en el momento de la agresión, los gritos del interior de la consulta alertaron al resto de facultativos, que intervinieron para poner fin al conflicto y retuvieron a Oubel hasta que la Guardia Civil se hizo cargo del asunto. "Fue un hecho sonado. Fue polémico y, aquí, donde nos conocemos todos, fue muy comentado", señaló un vecino.

Ayer también se aportaron los primeros testimonios a la causa, concretamente los de los agentes que descubrieron los cuerpos mutilados de las pequeñas. La descripción del espeluznante escenario del crimen relatado por los guardias llegaron incluso a emocionar al fiscal encargado del caso ante lo atroz de los detalles aportados ayer por la mañana a la magistrada del juzgado número 1 de Caldas. El representante del ministerio público, visiblemente compungido, reconoció que estas primeras declaraciones en las que se conocen los escabrosos detalles acerca del modo en el que David Oubel habría matado a sus hijas de cuatro y nueve años resultan especialmente difíciles de encajar. "Es una investigación dura desde el punto de vista humano, también incluso para mí", comentó Alejandro Pazos.

El fiscal pontevedrés comenzó con las testificales cuya realización ya avanzó el pasado fin de semana. Existirían varios testigos de la escena del crimen y de los hechos que ocurrieron en la mañana del último día de julio. Fue ese día cuando Oubel mató a sus hijas con una radial, a la mañana siguiente de haberse ido de verbena con las pequeñas y unos amigos.

Además de los agentes, también podrían prestar declaración vecinos que dijeron escuchar gritos en la vivienda del lugar morañés de O Casal o la pareja del parricida, del que se apuntó que habría sido uno de los que dio la voz de alarma de los macabros planes. Las declaraciones que fueron escuchadas ayer por el fiscal fueron las de dos agentes, así como las de una tercera persona que según apuntan fuentes próximas al juzgado se trataría de la dependienta de la ferretería en la que David Oubel habría comprado el día antes de los asesinatos las sierra radial con la que mató y mutiló a sus hijas.

La forma tan atroz la que este hombre quitó la vida a unas niñas de corta edad, desfigurando sus rostros con la mencionada herramienta, lleva a que la naturaleza de las declaraciones hagan "difícil de aguantar" la tensión en la sala donde el fiscal está tomando las declaraciones. Alejandro Pazos ha incidido que los testigos están pasando por una situación "muy delicada" al estar colaborando "en una investigación que es bastante dura para ellos", por lo que ha pedido delicadeza "con estas personas". El fiscal ya había apuntado que la imputación de asesinato porque considera que "hay circunstancias agravantes". Aunque descartó concretarlas porque "sería revelar datos que están siendo objeto de investigación", el estado que presentaban los rostros de las niñas hace indicar que podría haber ensañamiento. El fiscal ya ha comentado que ésta sería el primer caso en el que, por las características del crimen, se podría aplicar en España la figura de la prisión permanente revisable.

La tragedia de una madre

Confianza en la justicia y tranquilidad mientras dure el largo proceso que determine el futuro de David Oubel como supuesto autor de la muerte de Amaia y Candela. Ése es el mensaje que trasladó la madre de las víctimas y exmujer del parricida, Rocío Viéitez, a través de la alcaldesa de Moraña. La edil Luisa Piñeiro, íntima amiga, ejerció de portavoz al término de la concentración silenciosa que acogió el Pazo Provincial de Pontevedra.

La regidora, que acababa de hablar con la madre de las niñas, relató las palabras que esta última quería hacer públicas. "Quiere trasmitir muchísima tranquilidad", dijo. "Todo tiene que llegar hasta el fin", añadió. Según la alcaldesa, la familia materna de las dos niñas le comentó que "la justicia tiene que decir lo que es" y le mostró su "confianza" de que así suceda.

La alcaldesa de Moraña también hizo referencia a la personalidad de David Oubel y polémicos episodios que éste habría protagonizado con anterioridad al doble parricidio. "Nunca se pensó que él pudiese llegar a este extremo; nadie podría imaginar que llegaría hasta aquí", comentó Luisa Piñeiro. La regidora confirmó que el fin de semana anterior al crimen el supuesto autor estuvo en las fiestas del pueblo en compañía de las hijas a la que solo unos días después quitó la vida empleando una sierra radial. Dice que ahora el es dolor "horroroso", calificativo que empleó la edil, añadiendo que "nunca se podrá entender" lo ocurrido.

Por otro lado, se ha abierto una investigación por parte de la Policía Local tras la aparición de pintadas con la palabra "asesino" en la inmobiliaria que regentaba el parricida en la calle Juan Fuentes. El negocio permanece cerrado desde este pasado viernes.

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