Una niña de diecinueve meses, J'Zyra Thompson, murió después de que dos de sus hermanos, ambos de 3 años, la metieran en el horno en su casa de Houston (EE UU) y lo encendieran con ella dentro. Los servicios de emergencia nada pudieron hacer por la niña, que presentaba graves y múltiples quemaduras. Todo indica que el bebé trató de abrir la puerta del horno a patadas, mientras se quemaba.

La madre había dejado solos en casa a sus cuatro hijos, todos de menos de 5 años, mientras iba a comprar pizza con su pareja. Frederick Price, padre de al menos dos de los niños, explicó que desconoce si la pequeña era también su hija, porque no llegó a hacerse una prueba de paternidad. A sus dos hijos no los veía desde hacía tiempo, porque, según dijo, le resultaba imposible dar con su expareja.