El juez de lo penal número 4 de Oviedo, Francisco Javier Iriarte, desestimó la propuesta del fiscal y de la acusación particular de retirar la patria potestad al padre de la niña de cinco años que para inculcarle disciplina la castigaba con duchas de agua fría, le obligaba a comer su propio vómito y a dormir atada, entre otros maltratos. El progenitor y su compañera, residentes en Siero, han sido condenados por sendos delitos de violencia habitual a un año y nueve meses de prisión cada uno y a la prohibición de acercarse a la pequeña durante dos años y nueve meses.

El fiscal había solicitado en sus conclusiones definitivas que se retirase al padre la patria potestad sobre la pequeña y su hermana menor durante tres años y seis meses, mientras que la acusación particular elevaba esta petición hasta los cinco años, además de penas de cárcel.

El juez explica en su fallo judicial que la privación de la patria potestad "ha de revestir un carácter excepcional", y que en el caso juzgado, al padre se le prohibe aproximarse a la menor, lo que supone suprimir el régimen de visitas. En opinión del magistrado, "no se justifica que precise de la imposición adicional" de la rescisión de patria potestad, y más teniendo en cuenta que desde que dejó de tener la guarda de la niña "no ha hecho dejación de sus funciones y que la relación paterno-filial no se ha visto afectada", según los informes de seguimiento. En ellos se indica además que "hay un estrecho vínculo entre las menores y su padre, que la relación es fluida y de afecto mutuo".