Uno de los agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía herido anteayer tras recibir varios impactos de bala cuando realizaba un registro en un domicilio dentro de la operación para desarticular la trama de Sito Miñanco, el "Pablo Escobar español", es un joven asturiano que entró en el cuerpo gracias al ejemplo de su padre, un subinspector que ha pasado años destinado en la región. El herido asturiano, que se recupera de sus heridas, pertenece al grupo de más difícil acceso en la Policía. La violencia de estos narcos sorprende y preocupa a las asociaciones contra la droga gallegas. Carmen Avendaño, del colectivo Érguete, aseguró: "Es gravísimo".

El cambadés José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, desde que comenzó a disfrutar de la semilibertad que desde 2015 le permitía salir a trabajar a un aparcamiento de Algeciras -de su propiedad- y volver a dormir a prisión, quería hacerse con el monopolio de la cocaína y que todos los clanes gallegos trabajasen con él. "En los últimos meses si querías trabajar con cocaína o lo hacías con Sito, o te pasabas al hachís. Tal es la confianza que tienen en él los colombianos", resumió un experto. De ahí la importancia de la denominada Operación Mito. La documentación intervenida en los más de 57 registros podría llevar a otros grandes narcos gallegos.

Aunque el objetivo era desmantelar la trama de blanqueo atribuida a Prado Bugallo, también se ha frustrado en los últimos seis meses el desembarco de casi 5 toneladas de cocaína, según el auto de la magistrada Carmen Lamela. Se atribuyen a la organización los 3.800 kilos de coca intervenidos en el Thoran en octubre del año pasado cerca de Madeira; otros casi 700 kilos intervenidos en un contenedor en Holanda y 63 de hachís enviados a Alemania. Prado Bugallo volvió a lo grande. Blanqueaba enormes sumas de dinero y utilizaba grandes medidas de seguridad, con vigilantes a lo largo de toda la costa. Las planeadoras salían a la ría de Arousa desde el astillero cambadés de O Facho para recoger los alijos en alta mar. Se gastó 700.000 euros en teléfonos encriptados. Su elevado tren de vida puso a las fuerzas antidroga sobre su pista. Salía a diario de la prisión de Algeciras en un BMW 320 azul y disfrutaba de una casa de lujo.

Por otro lado, el fiscal jefe de la Fiscalía Antidroga, José Ramón Noreña, reveló que el cambadés mantuvo "una serie de reuniones con personas con antecedentes por tráfico de drogas de diversas nacionalidades, un colombiano y búlgaros", y añadió que "queda demostrado que estas personas no están arrepentidas". Por ello, "hay que dificultarles los beneficios penitenciarios".