No podía terminar bien. El vídeo publicado en la página web de LA NUEVA ESPAÑA que ilustraba la peripecia de un conductor que intentó circular en Salas por la carretera nacional de Galicia por el interior (N-634) con el eje trasero dislocado, chocando contra el talud, se hizo viral en internet, pero se desconocía la segunda parte de esta rocambolesca historia. Y es que una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico, perteneciente al destacamento de Salas, le terminó dando el alto a la altura de la localidad salense de Espinedo. Al ver bajar del coche al conductor, los agentes se dieron cuenta de que estaba afectado por la ingesta de bebidas alcohólicas. Las dos pruebas de alcoholemia que le practicaron no hicieron más que corroborar esta impresión: cuadruplicaba la tasa de alcohol permitida, por lo que se le ha abierto una investigación por presunto delito contra la seguridad vial.

En el vídeo divulgado por LA NUEVA ESPAÑA, se observa cómo el vehículo avanza fuera de control, tras sufrir previamente un accidente en una glorieta que le ha dejado graves daños, también en el eje torsional (el trasero). Una de las ruedas aparece dislocada, lo que impide que el vehículo pueda avanzar en línea recta. En un momento dado, debido a la desviación de la rueda -y posiblemente también al estado etílico del conductor-, el vehículo realiza un dramático giro a la derecha y colisiona contra el talud. La velocidad es baja y los daños mínimos -comparados con los que ya presentaba el vehículo-, por lo que el conductor puede seguir avanzando. En otro momento del vídeo, sin embargo, se observan los desesperados intentos del conductor por salirse de la trayectoria de un vehículo pesado, que afortunadamente circula a una velocidad baja. En el colmo del equilibrismo, el conductor atina a situar las ruedas para avanzar con cierta regularidad, pero colocando la cabina de forma oblicua.

Toda una proeza que no pasó desapercibida a una patrulla de Tráfico que circulaba por la carretera nacional, aunque en sentido inverso. Sin poder creer lo que veían, los agentes dieron la vuelta y le dieron alcance sin mayores dificultades, a la altura del kilómetro 446 de la carretera. El coche se lo terminó llevando la grúa al garaje. Y es que, aparte de que el conductor no estaba en condiciones de circular, era imposible que el vehículo pudiese continuar la marcha.