Trataron de hacer pasar a una vaca vieja por joven en el matadero, pero los acabaron pillando. Así se podría resumir las pesquisas iniciadas por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil por la que son investigados D. C. C. y C. M. S., de 28 y 50 años, respectivamente, como presuntos autores de varios delitos de falsificación de documento público y estafa.

Fue el matadero de Mieres el que dio la voz de alarma el año pasado tras detectar los veterinarios irregularidades respecto a la documentación sobre un animal que le habían traído. De hecho, se había retenido la res ante la sospecha de una posible manipulación en los crotales del animal. Los crotales son una especia de pendientes de plástico que se aplican en las orejas del animal y en los que están troquelados una serie de números que lo identifican. La Guardia Civil inició entonces una investigación donde apreciaron diversas anomalías, como que la dentadura del animal correspondía con una res mayor de 60 meses, algo que no concordaba con la fecha de nacimiento de su ficha. Asimismo, en los análisis de los crotales se observó que en las placas de plástico que lo forman se reflejaba un año de fabricación distinto, habiendo una diferencia de veinte años entre cada uno. También se habló con el titular de la explotación, quien aseguraba que la res que él había vendido correspondía con un animal de 28 meses, no con la vaca de más de sesenta meses recepcionada en el matadero. Y que respecto a los documentos que amparaban el transporte legal del animal no reconocía su firma.

Pero no fue un hecho aislado, ya que se tuvo conocimiento de otro suceso similar ocurrido el pasado 10 de enero con otra explotación ganadera, siendo responsable del traslado la empresa del caso anterior. Por eso se procedió a investigar al titular de la empresa de transporte de ganado y a su conductor. El empresario, que es del occidente de Asturias, lleva veinte años llevando ganado al matadero de Mieres con total normalidad y pasando todos los controles. Desde el macelo destacaron ayer que gracias a los estrictos controles del servicio sanitario se ha podido detectar este caso. Las instalaciones mierenses sacrifican al año más de veinte mil reses.