El caso de la menor que huyó dos veces con un primo de Gonzalo Montoya, el preso resucitado de la cárcel asturiana, se complica. La Policía está investigando la difusión a través de Instagram de varias fotografías de contenido erótico en las que aparece esta adolescente de 15 años. Y es que la persona que las colgó podría haber incurrido en un delito. Fuentes familiares apuntaron a una joven con la que se relaciona la menor.
Mientras la Fiscalía ultima el escrito contra el primo del preso resucitado, que podría ser acusado de abusos sexuales, la menor acudió ayer al Juzgado de instrucción número 4 de Oviedo, donde declaró ante la magistrada Marisa Llaneza en relación a una presunta agresión de la que habría sido objeto por parte de su madre el pasado 17 de marzo.
Según el escrito de denuncia, ese día, la madre de la menor la habría agarrado fuertemente de los brazos, dejándole lesiones que han sido acreditadas por el forense. La menor fue con su padre a Comisaría para denunciar los hechos. También se incorporó una grabación en la que se escucha a una mujer, supuestamente la madre, gritando de forma desaforada a la menor, que no deja de llorar y pide que la deje.
Ayer, ante la jueza, la menor admitió que su madre la había agarrado de los brazos, pero intentó quitar hierro al asunto, negando en todo momento que la hubiese agredido, y justificando la actitud de su madre por el hecho de que no había tenido noticias suyas durante un tiempo. La menor admitió que, tras el incidente, se había ido unos días con su padre, pero había regresado con su madre tras reconciliarse. La madre fue condenada el pasado diciembre por agredir a la menor junto al hermanastro de la adolescente, pero la Audiencia Provincial revocó esa condena.
Pero es que, además, hay abierto un expediente tras pedir la madre que el Principado asuma la guarda y custodia de la menor, al considerar que no puede con ella. La semana que viene podría tomarse una decisión sobre este asunto.
El padre de la menor, Roberto Álvarez, está intentando apartar a la menor de la, a su entender, perniciosa influencia de su madre, de la que además dice que tiene diagnosticado un trastorno límite de la personalidad, al igual que la menor, del que no se está medicando. El letrado de Álvarez, Gabriel Cuesta, solicitará en breve que la menor sea examinada por el psicólogo forense, al considerar que la adolescente está totalmente dominada por su madre y sufre el síndrome de alienación parental, al que ya apuntaba un informe que data de 2009. El padre quiere la custodia con el fin de reconducir a la menor.
