La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los socorristas claman contra la falta de efectivos en San Lorenzo

El puesto de vigilancia de la zona donde murió el joven ovetense, que no se cubrirá hasta julio, "es el más importante", recalcan

Dos socorristas, ayer en la Escalerona, con la escalera 1 de San Lorenzo, al fondo, sin salvamento. JULIÁN RUS / LNE

La trágica muerte por ahogamiento del joven ovetense Yencer de los Santos Germosen, de 19 años, este martes en la playa de San Lorenzo, ha encendido aún más a gran parte del equipo de salvamento de Gijón, que lleva tiempo denunciando la falta de efectivos y, especialmente, la ausencia de medios para velar por la seguridad en el agua de los arenales urbanos de la ciudad. Muchos coinciden -socorristas y bañistas habituales- en que la presencia de un miembro del equipo en la escalera 1, donde se produjo el suceso y una de las más peligrosas de la playa por la corriente, "hubiese sido clave para salvarle". En cambio, desde el Ayuntamiento de Gijón aseguran que "la zona del desgraciado accidente estaba perfectamente cubierta por el servicio de salvamento".

La plantilla se encuentra muy diezmada con respecto a veranos anteriores. En estas fechas eran 47 los socorristas que había el año pasado, por los 38 actuales a día de hoy, "pero el número de gente en las playas es el mismo", denuncia el socorrista Rubén Álvarez. Eso sí, el día 1 de julio se sumarán nueve nuevos efectivos, que cubrirán también las escaleras 0 y 1 de la bahía, algo que, en vista de lo ocurrido, llega tarde. "Llegan quince días más tarde de la fecha en la que cada verano se produce esta incorporación por razones evidentes derivadas del covid, que también retrasaron el inicio de la temporada de baños algo más de un mes respecto a otros años", justifican desde el Ayuntamiento.

Lo cierto es que los vigilantes desde La Escalerona contemplan con gran nitidez la zona de la Cantábrica -como se conoce a la escalera 0-, pero llegar hasta allí es otra cosa. De hecho, con sus prismáticos vieron el martes cómo Yencer de los Santos y su novia se alejaban por la corriente y pidieron a los compañeros de la moto que se acercasen por precaución para devolverles a la orilla. Pero todo fue tan rápido que cuando llegaron el joven se había hundido.

Lo cierto es que el puesto junto a la Cantábrica siempre ha sido clave para la vigilancia. "Es el más importante, porque ahí está la corriente que nosotros solemos utilizar los inviernos, cuando hay oleaje, para salir y que también aprovechan los surfistas, pero no para volver a entrar, porque ahí te mete en las rocas y es muy difícil salir", describe la nadadora de aguas abiertas María Luisa Montero, habitual bañista de "la Rampla". A juzgar por cómo estaba el mar el martes a primera hora de la tarde, "le venía la ola de frente y la contraola que volvía tras romper contra el muro; además, no eran olas rectas, eran de viento, que te levantan y te mueven", describe Montero. Ella lo tiene claro: "Es fundamental que en esa escalera haya una pareja de socorristas".

El problema que arrastran los socorristas en Gijón no es solo de efectivos, también denuncian la falta de medios materiales. "Es la eterna dejadez del servicio, llevan años jugando a la ruleta rusa", describe Rubén Álvarez. No es el único que ayer criticaba sus carencias. Las torretas de salvamento que se reparten por La Escalerona, zona centro y el Piles están tiradas en Las Mestas; los equipos, aseguran, son viejos, y, pese a tener una moto de agua, carecen de zódiac. "El año pasado empezamos sin embarcaciones operativas; si esto llega a pasar sin la moto de agua...", reflexiona Álvarez.

Desde el Ayuntamiento, por su parte, aseguran que la actuación del servicio de Salvamento "fue rápida y ejemplar" durante todo el operativo de rescate. De hecho, "fueron los que primero intervinieron en el rescate y quienes organizaron el dispositivo de búsqueda inicialmente". E insisten en que la zona donde Yencer de los Santos y su novia se estaban bañando "estaba perfectamente cubierta por los socorristas". Eso sí, el 1 de julio ya habrá salvamento en la Cantábrica.

Compartir el artículo

stats