La primera condena firme contra Juan Carlos Santórum, que lleva años con las fuerzas antidroga pisándole los talones, llegó este verano cuando el Tribunal Supremo confirmó los 2 años y 3 meses de prisión impuestos por la Audiencia de Pontevedra por un delito de revelación de secretos junto a dos guardias civiles corruptos. Éstos le facilitaban información que él transmitía a otros grupos de narcos de Arousa sobre grandes operaciones antidroga. Los agentes Javier López, adscrito al Equipo contra el Crimen Organizado (ECO), y Diego Fontán filtraron 2.500 archivos que frustraron al menos cinco grandes operaciones contra el narcotráfico, pero también datos personales de los agentes adscritos a los grupos especiales, así como de los confidentes y vehículos especiales con sus matrículas.

Se les exoneró de constituir un grupo criminal. En la operación del Karar también cayó un agente del Servicio de Vigilancia Aduanera que supuestamente le facilitaba información.