El crimen de Sheila Barrero prescribe este mes, salvo para el único sospechoso

Es uno de los, al menos, 18 casos sin resolver que hay en la región, la mayoría de los cuales quedará sin castigo judicial a sus autores

Cristian Cueli, Sheila Barrero y José María González

Cristian Cueli, Sheila Barrero y José María González

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

Este 25 de enero se cumplen 20 años del asesinato de Sheila Barrero, la joven de Degaña a la que mataron de un disparo en la nuca en el puerto de la Collada, cuando volvía a casa tras finalizar su jornada laboral en un pub de Villablino. El crimen prescribirá en ese momento para todos los implicados, si los hubiere, salvo para Borja V. G., el único formalmente investigado, aunque nunca acusado. El motivo es que hubo diversas diligencias durante este tiempo, las últimas en 2015 y 2019, cuando la UCO presentó una informe que reelaboraba las conclusiones de la investigación, añadía nuevas pruebas y testimonios y especulaba con un móvil hasta entonces desconocido. No fue suficiente para convencer a la fiscal y a la jueza, que volvió a sobreseer el caso en enero de 2020.

Sheila Barrero es solo una de las, al menos, 18 víctimas asturianas cuyos asesinos no han recibido castigo. El pasado 27 de diciembre se cumplieron 11 años de la desaparición más que preocupante del lavianés afincado en Gijón Cristian Cueli, cuando acudió al Alto de la Madera a cobrar una cantidad prestada a un mecánico. Aunque éste y otro sospechoso fueron detenidos, no se ha logrado determinar qué ocurrió. El cadáver fue buscado en el entorno del río Ferreras de Noreña y en un pueblo de Cabrales. Pero la investigación sigue empantanada.

Otro caso que ha quedado bloqueado, pese a que hace unos seis años para que iba a resolverse es el de la desaparición, también harto preocupante, del empresario mierense José María González, que falta desde marzo de 2009. En marzo de 2018, su cuerpo fue buscado en La Zoreda (Oviedo), sin éxito. Su familia, y la Policía, están convencidos que de fue asesinado. Aún hay margen antes de su prescripción.

Otro crimen sin castigo es el de Margarita Piloñeta, Margarita Piloñeta, asesinada en septiembre de 2006 de 47 cuchilladas en su piso de Riaño, en Langreo. Su hijo fue juzgado como presunto autor del crimen, aunque un jurado le absolvió. Salvo un milagro, hay pocas posibilidades de que el culpable lo pague.

Un caso que podría resolverse es el del asesinato a puñaladas de Daniel Capellán a manos de Eduard González, su cuñado, a las puertas del bar en El Cruce de Llaranes, en noviembre de 2017. El hombre huyó, sin que haya sido localizado por el momento, aunque cuatro personas fueron detenidas por ayudarle a escapar de las fuerzas de seguridad.

Respecto a los otros 13 crímenes, ya no puede haber castigo para, en unos casos porque han muerto los posibles culpables, en otros porque el caso ha prescrito. En la primera categoría está el caso de Rosindo Álvarez, que murió en enero de 2007 en Gijón. Su cadáver apareció en una caseta, con tres heridas de pico. Se sospechó de dos hermanos: uno apareció meses después ahorcado, y el otro falleció de muerte natural.

Otros crímenes sin castigo son los de Rafael Rubín, hallado muerto en marzo de 1992 en una cuadra de Guimarán (Carreño) con 109 heridas con una pala de dientes y rematado con una estaca; el ganadero mierense Ramiro Valdés, muerto a tiros dentro de su coche en Casares (Ujo), en septiembre de 1999; Ángel Lana, "Kiko", muerto de un navajazo en Oviedo en enero de 1996; el fotógrafo avilesino Alfredo Nuño Rato apuñalado y rematado a tiros a la puerta del antiguo ambulatorio de Avilés, en septiembre de 1989; Carmen Vázquez, hallada en una alcantarilla de la autopista en Oviedo en octubre de 1983; el peluquero de Avilés Alfredo Fernández, asesinado en su casa a golpes y asfixiado en abril de 1999; María Dolores Fernández, encontrada en un portal de Gijón en el que trabajaba de limpiadora en diciembre de 1999; la maliayesa Trinidad Suardíaz y su bebé de trece meses, Beatriz, desaparecidas en extrañas circunstancias en el verano de 1987; María del Carmen de la Torre desaparecida de su casa de Avilés en extrañas circunstancias en marzo de 1997; el hostelero gijonés Javier Fernández López, "Javi Clan", muerto de una puñalada en diciembre de 2002 a manos de un hombre muerto posteriormente; el exboxeador José Ramón Álvarez, "El Cabañín", muerto a tiros en una cantera de Andallón (Las Regueras), en septiembre de 2002: y finalmente el topógrafo lavianés Marcelino Cortés, muerto de una paliza Almodóvar del Campo (Ciudad Real) en abril de 2001.

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