Los nuevos dueños de Los Telares deberían explicar a las claras cuáles son los objetivos que persiguen para la cadena textil. La plantilla ya no se fía, a la vista de los acontecimientos, las bravuconadas y las informaciones contradictorias con los hechos. A nadie a estas alturas debería enfadar, hasta el punto de reprender, el hecho de que los trabajadores se manifiesten por defender sus empleos. Quien tiene la responsabilidad de tomar decisiones es quien tiene en su mano la capacidad para avivar fuegos o apagarlos. Y, por supuesto, actitudes como las mantenidas con el que fuera fundador de la compañía, Julián Rus, obligándole a pisar la que fue su empresa acompañado de un guardia de seguridad no hacen más que acrecentar las sospechas de que lo que se persigue en el fondo es estrujar a Los Telares, lograr el dinero y santas pascuas. No dudo de que será difícil lograr la viabilidad de la cadena, pero si eso es lo que se busca, mejor con las cuentas claras y el discurso sincero.
