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Coordinador de "El Cartafueyu"

Las razones para editar "El Cartafueyu"

"El Cartafueyu" pertenece a la memoria histórica, a la memoria social y al compromiso personal con los partícipes.

Es memoria histórica porque nace de ella y bucea en un pasado oscuro cuya intención es rescatar la memoria de las víctimas, explica la ira de los golpistas e intenta aliviar el aguardo de quienes aún esperan por los suyos. Es memoria histórica que alumbra la criminalidad que un dictador impuesto por las armas ejerció durante décadas, modificando la verdad de los hechos para dulcificar su barbarie. Es memoria histórica porque una democracia olvidadiza se lo debe a quienes murieron por la II República, a los encarcelados, a la depuración carnicera y a los exiliados sin retorno.

La memoria histórica de "El Cartafueyu" quiso ser breve, pero esa idea se hizo imposible. Sumergirse en aquel pretérito removió un fondo cenagoso de donde emergieron sangrantes heridas del ayer arrojado a las sombras en 1936; cada historia y cada fosa común nos recuerdan los asesinatos, la venganza y las injurias a sus familias. Todo son eslabones de la cadena de atrocidades a las que "El Cartafueyu" tuvo que poner límite; en una narración nunca cabrían tantos horrores.

Es memoria histórica porque nos enfrenta a centenares de cadáveres, al llanto tras los disparos al alba, a las bombas en la calle y al dolor encerrado en la inhumanidad de un dictador.

Es una memoria social por el cúmulo de infortunios de los republicanos, porque emerge una sociedad con las pendencias y singularidades que viven el Avilés y la comarca que nosotros conocemos. Es memoria social porque nos revela cómo eran aquellos que nos antecedieron, sus vivencias de cada amanecer. Fueron ellos quienes soportaron la represión, somos nosotros los que esperamos dignificar las exequias aún enterradas.

Es memoria social porque lo ocurrido sigue a nuestro lado. La ignoramos como al mendigo de la esquina que extiende su mano para recolectar unas monedas. No la miramos, la soportamos y en ocasiones la saludamos como personas que sin ser amigos criticamos la meteorología porque osa llover a destiempo o se obstina en abrasarnos con un sol inoportuno, pero sin ser capaces de recordar su nombre, en caso que lo sepamos.

Es memoria social que nos explica hechos sin entrar en detalles. Nunca recordamos nada en concreto porque sus historias nos llegan por terceros, por rumores intoxicados por el miedo de quienes lo sufrieron; porque es un pasado impuesto para ser olvidado por biografías ocurridas antes de que naciéramos.

Es memoria social en una nebulosa que impide entrar la claridad; sin embargo, su presencia es latente, incorruptible para ese vago recuerdo que tenemos en alguna parte que no niega nada pero que oculta la verdad en sus entrañas.

Es memoria social que deja constancia de quiénes eran ellos, cuál era su sociedad, cuánto fue el rencor y el odio de los vencedores en una guerra desigual, cuánto se maltrató la verdad, cuan fue la injusticia y que larga es espera de un reconocimiento de la dignidad que tiene los defensores acérrimos cautivos de la nostalgia.

Es una memoria social que se relata con gestos y palabras pronunciadas con sordina, que muestra cuan diferente eran ellos, una sociedad distinta que podemos encontrarla cada mañana al otro lado del espejo.

"El Cartafueyu" nació como recordatorio, para salvar lo condenado al olvido del Avilés más ensangrentado.

Se alimentó del pasado, creció por su tenacidad y llegó para quedarse.

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