Lleva en el club solo tres años, aunque su vinculación con el fútbol viene de bastante más atrás. No en vano comenzó jugando en el Loyola con 4 años y colgó las botas en el Rosal en Regional. Ahora, compagina su labor como técnico del cadete con la de coordinador de los equipos de pista. El protagonista es Sergio Álvarez y el club es el Juventud Estadio. "Llevo en el fútbol media vida", sentencia. Y uno de sus avales es la experiencia. Paso por el Loyola, Oviedo, Astur, San Claudio, Universidad y Vetusta, entre otros equipos.
En el tramo final de su carrera como futbolista, Sergio ya combinaba su labor en el césped con la de técnico. "Tenía claro que quería seguir al lado del fútbol", indica Sergio, que llegó al club de El Cristo como técnico del equipo de Segunda cadete. Y en la presente campaña se estrenó como coordinador de pista. "La filosofía es trabajar desde abajo, trabajar con los equipos de las categorías inferiores para que vayan cumpliendo etapas y categorías y puedan llegar al campo en las mejores condiciones", indica el coordinador. Eso sí, sin olvidarse de algo que va más allá del propio fútbol. "Intentamos inculcarles valores como el compañerismo, el respeto, el compromiso, que el fútbol forme parte de su aprendizaje", dice. Está claro que a todos los futbolistas les gusta ganar, pero a estas edades quizás priman más otras cosas. "Queremos que el fútbol sea complementario a la escuela".
En la actual temporada, el Estadio cuenta con siete equipos de pista federados: cuatro benjamines y tres prebenjamines, que suman alrededor de 80 jugadores. "Para el club es importante tener una base sólida", señala Sergio, que añade que "un porcentaje muy alto de jugadores de los equipos de campo llegan desde la base". Un pilar importante para llevar a cabo la metodología del Estadio son los entrenadores, muchos de ellos jugadores del club y que por lo tanto conocen a la perfección su filosofía. Dani lleva las riendas del prebenajmín A y C; mientras que Andrés Trillas entrena al benjamín C y al prebenjamín B. El cuerpo técnico de los equipos de pista se completa con Javi, que lleva el benjamín A, Jaime, que se encarga del benjamín B y Pablo Riestra, que dirige al benjamín D.
Compaginar coordinación y sus propios entrenamientos "lleva tiempo", pero como es algo que a Sergio le gusta pues "se arregla y organiza". Además de las labores propias de sus cargos todos los fines de semana ve partidos. "Me encanta el fútbol y de momento tengo pensado seguir", dice.
Así funciona la pista en el Juventud Estadio, un club que basa su filosofía en el trabajo con la cantera, con las categorías inferiores, que al final son el "sustento" de cualquier club. "La idea es que los años que los futbolistas tienen que estar en pista por su edad sea una etapa de aprendizaje en el fútbol y en la vida, porque para nosotros es muy importante que los futbolistas aprendan también unos valores además de jugar a este deporte", recalca Sergio.
Es jueves y los equipos de pista federados tienen entrenamiento. Una jornada para divertirse, para pasarlo bien. Desde las 17.30 horas ya hay jaleo en la pista cubierta de las instalaciones de El Cristo, lugar de entrenamiento de los conjuntos de pista. "Ellos se lo pasan bien", dice Sergio, que también pasa muchas horas en las instalaciones ovetenses.
Ataviados con la indumentaria oficial del club, los jóvenes futbolistas aprenden a jugar y se forman como futbolistas que en un futuro tendrán la oportunidad de ascender de categoría y pasar a cotas superiores, donde llegan con una filosofía ya implantada y una forma de ver y de entender el fútbol que se basa en unos valores que van desde el respeto, hasta el compañerismo, sin olvidar la competitividad.
