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Baloncesto

Un equipo con mucho futuro

Uno de los dos conjuntos que el Gijón Basket tiene en Segunda infantil es líder invicto con siete victorias l Todos sus jugadores son de primer año e incluso cuentan con la ayuda de dos alevines

Los componentes del equipo invicto de Segunda infantil del Gijón Basket, con su entrenador, Bruno Ramos. MARCOS LEÓN

Todos los clubes sueñan con tener un equipo que crezca junto, que desde pequeños se conozcan, que asciendan de categoría y, sobre todo, que tengan un gran ambiente. Ese sueño se está construyendo en el Gijón Basket. Hace un año el equipo alevín comenzó su andadura con niños muy pequeños que fueron conociéndose a medida que la temporada pasaba.

Este año aquellos niños ya están en una categoría superior. Militan en Segunda infantil, pero son de primer año, más pequeños que muchos de sus rivales. Aun así, están siendo la sorpresa de la temporada. "Están trabajando mucho, este es un año para que se adapten a la nueva cancha, a la nueva línea de tiro y al nuevo balón", explica Bruno Ramos, su entrenador. Ramos tiene solo 22 años, pero ya lleva ocho como preparador. "El año pasado estos niños quedaron terceros de Asturias, trabajar con ellos es increíble", dice el entrenador del equipo líder de la categoría. Al cambiar de categoría los chavales tienen que adaptarse a la línea de tres puntos, que ya está a los reglamentarios 6,75 metros; la canasta también crece y el balón pasa de una talla 5 a una 7, la habitual en el resto de categorías superiores.

"En estas categorías esperamos que no cojan malos hábitos y costumbres y que puedan seguir creciendo, que sigan igual pero que poco a poco evolucionen. Ahora sus rivales son más altos también y ellos tienen un año menos que el resto y se están midiendo en cada partido", explica Ramos. Hay niños que incluso pueden llegar a tener casi dos años menos que sus rivales, siempre dependiendo de los meses en que hayan nacido. En estas categorías la diferencia física se nota mucho. Los chicos del Gijón Basket están cumpliendo con creces. Este año solo saben ganar. Siete partidos y otras tantas victorias. Su equipo no les pide más. "Es un equipo muy compacto, tienen mucha progresión, trabajan mucho. El año pasado tampoco teníamos un objetivo marcado por el club y quedaron terceros de Asturias, son muy buenos", dice Ramos.

El Gijón Basket mantiene la filosofía de la base. Quieren crecer como club y hacerlo con los chavales que poco a poco van quemando etapas. La evolución en las pistas es tal que a los once jugadores del infantil se suman dos alevines que entrenan y juegan con ellos. Sus nombres son Álex Sevilla y Guille Acebes, además ambos han sido llamados por la selección asturiana de su categoría.

"Bruno es un ejemplo de los muchos que tenemos en el Gijón Basket, como Mate Santamarina, Mateo Bernardo, Jorge Menéndez, José Alberto "Zaqueo" o Luis Pérez", dice Eduardo Pando, director deportivo del equipo gijonés. Según Pando, el club siempre pensó en mantener la base del equipo para que se conozcan mejor entre ellos y se apoyen. "Los resultados son lo de menos, pero que vayan líderes es una alegría y una sorpresa tremenda", explica el dirigente. El salto de categoría es muy importante y el cambio que los chavales experimentan es bastante grande. "Nosotros nos vamos a casa contentos viendo cómo se adaptan a la nueva cancha y a las medidas del balón, el año que viene igual ya se les puede pedir algo, pero, de momento, que disfruten y aprendan", dice Pando.

El Gijón Basket sueña con tener jugadores de la casa en sus plantillas nacionales. Eduardo explica que además de un deseo es un "objetivo real". "Tener dentro de 5 o 6 años a alguien que conocemos desde alevines en el primer equipo sería una alegría inmensa y un reconocimiento al trabajo de todo el club". Ahora solo les queda trabajo y esperar a que los pequeños crezcan.

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