La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Paragües

Resignación

La resignación es el último reducto donde poder refugiarnos. Cuando el precio de la electricidad desindustrializa nuestra Asturias, la demonización de los combustibles fósiles para la producción de electricidad pone en serio riesgo nuestra capacidad exportadora de energía eléctrica, cuando la minería es un espectro, resignarse es una solución. Nos sentimos culpables.

La responsabilidad por evitar el calentamiento global ha maniatado nuestra capacidad de lucha e impide lavar nuestra conciencia. Quienes proponen la necesidad de cambiar los modelos energéticos y la austeridad están cargados de razón, pero no de razones. Oí lo muchísimo que contaminan los aviones. Un Falcon, con dos pasajeros, consume unos 1.200 litros de combustible a la hora y quienes lo usan deben dictar medidas para evitar las emisiones de CO2. Un viajecito de nada produce más dióxido de carbono que la furgo de un pobre autónomo en todo el año. La mayoría de los ciudadanos desconocen que el gas que más contribuye al efecto invernadero es el vapor de agua. Así que, como a los asturianos se nos ocurra exportar agua, que es lo único que nos va a quedar, veréis como bombardean con información de que el agua es la causa del efecto invernadero. Y claro, nos resignaremos, después de una Historia tan prolija de rebelión frente a la injusticia.

Compartir el artículo

stats