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Dando la lata

Entrometidos

Ciertamente se trata de un dilema. Qué hacer. Intervenir o no. Inmiscuirse en asuntos ajenos o dejar que los directamente implicados lo resuelvan a su manera. Cuanto más pienso sobre ello más me convenzo de que no hay una única respuesta válida para todos los supuestos. Por ejemplo, en Venezuela, ¿qué pintamos metiendo las narices unos y otros? ¿Por qué nos consideramos adultos y formados para gestionar nuestra política pero nos lanzamos a manosear los asuntos de otra sociedad, otro país, que es el resultado de su propia historia?

La verdad, no me parecería nada bien que desde fuera nos dijeran qué hacer con Cataluña, que se formasen bandos extranjeros a favor y en contra. Como problema interno que es, a los españoles compete en exclusiva su gestión.

Muestra incontestable del daño que se puede causar a aquel al que uno asegura ir a ayudar es Oriente Medio, inestable, machacado y peligroso desde que "los buenos" pusimos el pie allí. Siria, Irak, Afganistán? una catástrofe tras otra.

Hoy, medio mundo presiona al otro medio con Venezuela en medio. Pinta mal. ¿Por qué no la dejamos en paz y que lo arreglen desde dentro? Oigan, en Corea del Norte es lo se está haciendo: cero. ¿Será que no tienen nada sustancioso que merezca el esfuerzo? Porque, si echas un vistazo, aquí el primer mundo sólo se indigna contra los regímenes malvados que sientan sus reales sobre reservas petrolíferas y yacimientos minerales. Pero si te tocó nacer en un pedregal estéril, a nadie interesas y se puede ser todo lo tirano que quieras que no hay riesgo de ataque de los propagadores de la democracia. De hecho, hemos sido testigos de auténticas barbaridades que no merecieron más que una nota de condena.

Venezuela es propiedad del pueblo venezolano, que, creo, ha de ser dueño de su futuro y titular y responsable de sus actos. Lo que el resto lleva haciendo tantos años es pudrir las posibilidades de Venezuela de tomar sus propias decisiones. Garantía de daños irreparables.

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