Quizás sea el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Mieres, Juan Ponte, quien haya heredado la patente de corso que otrora disfrutaba otro concejal de la misma formación política, muy activo en las asociaciones vecinales y muy afín a la dirección política que lideraba entonces Gaspar Llamazares. Fue entonces cuando nació la fiesta de la Folixa de Primavera. Ya sé que esto pertenece al pasado y nada mas lejos de mi intención que resucitar viejas polémicas pero, en política, en ocasiones ocurre como con los pimientos de padrón, que unos piquen y otros no.
Con una población confinada en su casa por razones de fuerza mayor, en un momento en que se han suspendido las celebraciones de Semana Santa, La Feria de Abril de Sevilla y hasta la peregrinación de la fiesta del Rocío en Ayamonte (Huelva), que el concejal de cultura del Ayuntamiento de Mieres salga públicamente afirmando que no se suspende la Folixa de Primavera de Mieres, pero que las fiestas de San Juan, ya veremos, me desconcierta. Por si esto fuera poco, el mismo día, en LA NUEVA ESPAÑA, los lagareros de la industria de la sidra anuncian que devuelven la sidra a los toneles. ¿Qué Folixa de Primavera va a ser ésta y en favor de quién?
Hice alusión a las fiestas religiosas yo que me considero agnóstico y estas festividades, en algunos lugares, como resulta conocido no prescinden del folclore y tampoco del taconeo. Pero Mieres que, siempre vivió de su industria y no del turismo ni del taconeo, ¿qué pierde si llegado el caso debe de suspender este año la fiesta de la Folixa de Primavera? Es probable que algunos autónomos se estén resintiendo ya de los efectos que ha provocado este coronavirus y es probable también que algunos se vean obligados a echar el cerrojo. Este hecho debería de preocuparnos más que la fiesta de la Folixa de Primavera.
Si algo ha puesto de manifiesto esta epidemia mundial, es que el sistema establecido en los últimos treinta años resulta vulnerable hasta límites insospechados, tan sólo hace unos meses. El liberalismo económico es incapaz de dar respuesta al problema y recurre a los estados y a los recursos públicos para hacer frente a las consecuencias que se derivan de esta epidemia del coronavirus.
Primeramente, intentemos salir de este problema tremendo que afecta a la salud de los ciudadanos y luego veremos cómo se costean los efectos que está provocando aún esta pandemia. Los impuestos, la sanidad pública y el proyecto europeo, sin duda, formarán parte de las futuras disquisiciones políticas y de las discusiones parlamentarias. Por de pronto, la economía más potente del mundo, EE UU, acaba de inyectar 2 billones de dólares en su sistema económico para hacerle frente al problema.
Hace unos días seguí la sesión parlamentaria convocada con carácter extraordinario para prorrogar el estado de emergencia en nuestro país, mientras la oposición reclamaba medidas mucho mas duras aún, en contraste con nuestro concejal de cultura que tiene la cabeza puesta en la fiesta de la Folixa de Primavera. Un representante público tiene que estar a la altura de las circunstancias, aunque su nivel de responsabilidad política sea a nivel municipal.
No me estoy posicionando en contra ni a favor de la fiesta de la Folixa de Primavera en Mieres, eso ya se verá, aunque no creo que sea posible, pero me saca de quicio la irresponsabilidad política de nuestros gobernantes, sean del signo político que sean. Yo sigo en casa confinado y como me sobra tiempo opino sobre las declaraciones públicas realizadas por un responsable municipal que nos representa a todos los mierenses y porque opinar también es un derecho ciudadano.
