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Flavita Banana cuenta chistes y más cosas

La humorista gráfica barcelonesa recopila 200 de sus dibujos en el libro Archivos cósmicos

La chica que pasa, indiferente, ante el exhibicionista de gabardina le advierte: "Ojo, que llevas la bragueta abierta". Buen chiste y buena actitud contra las oleadas periódicas de miedo a andar por la calle. La humorista gráfica barcelonesa Flavita Banana ( Flavia Álvarez-Pedrosa, Salinas, Asturias, 1987) acaba de sacar Archivos cósmicos (¡Caramba!), natural continuación de Archivos Estelares, y da la posibilidad de que los seguidores de su humor en las redes sociales posean y regalen una edición hermosa de 200 dibujos que a veces son chistes; a veces, confesiones; a veces celebraciones de la lectura, estados de ánimo sin animus iocandi, juegos lingüísticos o celebraciones cunilingüistas.

De la sucesión de individualidades que hacen humor en las redes llamado femenino o feminista Flavita Banana es la que va más lejos de la simpatía egotista del "qué cosas se me ocurren con las cosas que nos pasan", tan cercano al más blando humorismo de taburete unisex, para desplegar distintos registros de humor, incluidos subgéneros como los chistes de suicidas. De paso, obsérvese su gramática clásica dentro del humorismo gráfico.

Social: Cuando ve un emigrante flotar entre las olas la bañista de sol con pamela protesta: "Camarero, hay una mosca en mis vacaciones".

Dice el padre de familia numerosa: "Y estos son nuestros hijos: Tradición, Patriarcado, Pasado, Iglesia, Machismo y, la pequeña, Monogamia. Por supuesto, de mayores pueden ser lo que quieran".

Dos directamente feministas: "¿Sabes qué es eso del techo de cristal?" (pregunta la anciana a la de mediana edad, que le responde): "Pues no, pero seguro que alguna vez lo he limpiado". O cuando dice él: "Genial que rompamos los roles de género, pero los trocitos los barres tú". Y una proclama: "Es que te quiero a mi altura, no a mis pies".

No evita el riesgo. Dos madres charlan sobre sus hijos: "Espero que el mío me salga gay, ¡Son mucho más cariñosos!" "Y el mío Trans ¡Tan elegantes!".

Hay chistes neocostumbristas: "Creo que me gusta" -confiesa a la amiga- "tengo ganas de contarle las cosas a él en lugar de postearlas en Facebook". Y veterocostumbristas: Dice la esposa del matrimonio de largo recorrido: "Manolo, no me ignores tan alto que nos van a oír los vecinos".

Hay cosas que odia, ideas de mierda (las llama así) y algo de humor absurdo, también en lo que acerca a la poesía, como el niño en bici que vuela y grita "¡mira, mamá, sin censura!".

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