Tinta fresca

Cómo fue el "big bang" del cine

Sergio Peral aborda en "Kubrick total" la revolución que causó "2001, una odisea del espacio"

Cultura - Libros

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Tino Pertierra

Tino Pertierra

Es indiscutible que Stanley Kubrick fue uno de los creadores más influyentes de la Historia del Cine. Todas sus películas dejaron huellas en muchos sentidos. De ahí que sea frecuente la publicación de libros que, más allá del anecdotario que proporciona su misteriosa figura, intenten analizar el laberinto de su corta pero trascendental carrera. Menos habitual es que sea un autor español quien se encuentre tras uno de los títulos más lúcidos, agudos y profundos que han visto la luz sobre el autor de "Lolita". Y es que Sergio Peral aborda en casi 800 páginas una aventura titánica de la que sale airoso: ofrecer una visión de "Kubrick total". Ni más ni menos. Con un subtítulo que explica bien la ambición del proyecto: "Cómo cambió el rumbo del cine de Hollywood". Con un origen claro: "2001, una odisea del espacio". Lo puso todo pantallas arriba.

Y es que Peral no se conforma con recorrer la variada filmografía del cineasta con perspicacia y rigor para tratar de entender lo mejor posible su compleja personalidad, sino que ofrece al mismo tiempo una radiografía sobre la industria estadounidense, de la que Kubrick formó parte por distintas vías y nunca de forma armoniosa. Dos caminos que se cruzaron de forma definitiva en un año clave: 1968. Fue entonces cuando llegó lo que Steven Spielberg llamó "el big-bang" de la ciencia ficción, género sin el cual no podría hablarse del cine moderno. Y ese estallido nuclear lo provocó "2001: una odisea del espacio". No solo fue una obra maestra del Séptimo Arte que llenó la pantalla de imágenes jamás vistas en su planteamiento y resolución, también fue la película que hizo de punto de giro y unión entre el final de la Era Dorada y el albor del cine contemporáneo de Hollywood, concentrado en las apuestas de efectos visuales espectaculares de la ciencia ficción y fantasía, con "Star Wars" (George Lucas, 1977), y su saga-franquicia como su mayor ejemplo y modelo a imitar.

Que el filme sea considerado una obra revolucionaria y clave del cine americano del periodo de transformación, destaca el autor, "coincide con lo que narra y lo que se representa en la trama: la pieza acabó influyendo en la metamorfosis de la cinematografía estadounidense, como si el monolito que aparece en la misma se tratara".

Apunta Peral que si hubiera que elegir un paradigma de autor independiente –outsider– norteamericano que logra alcanzar el control total sobre su obra, consiguiendo éxito comercial, ese sería Kubrick, "fundamental en el cambio de mentalidad de Hollywood, pese a aislarse en su residencia de la campiña inglesa". Para el realizador, un filme "debía parecerse a la música más que el teatro. Algo, esto último, que solía revelarse en muchas películas de Hollywood clásico, y con lo que el director no estaba en absoluto de acuerdo. Para Kubrick las obras cinematográficas debían emocionar con las imágenes y movimiento y el montaje de las mismas". Y cómo lo echamos de menos.

Kubrick total

Sergio Peral

Sílex, 792 páginas

28 euros

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