Este mes de febrero al que ya solo le queda un fin de semana de vida, con pronóstico meteorológico entre nuboso y muy nuboso, está dando alegrías diurnas soleadas y frías madrugadas. Hay que salir abrigado a la calle y al campo de juego para no quedar tiritando, como les sucedió a los madrileños en Valencia. Unos minutos tontos en defensa -de esos que parecía tener esta temporada el Sporting en exclusiva- y Sergio "Tremendo" Ramos y Varane, con la colaboración necesaria del resto de compañeros del centro del campo, dejaron que Zaza y Orellana -refuerzos invernales- pusieran en alza a un equipo que estaba a poco de meterse en apuros en la cola de La Liga.
El árbitro nombrado para este domingo en El Molinón, De Burgos Bengoetxea, pitó el partido aplazado en Mestalla, dejando a un Real Madrid líder, pero menos. El colegiado vasco no acertó en el área del equipo de Zidane, donde Carbajal y Ramos hicieron dos claros penaltis a jugadores del Valencia. De esos que ya son claros en la primera toma de la tele. Sin necesidad de repetición. El chileno Orellana (Voro, atento a este personaje) puede triunfar en su nuevo destino (le viene al pelo un campo con gradas de alta temperatura), al menor desliz te dan un buen repaso a la entrada y a la salida del campo. La temporada pasada, el exceltiña le hizo un buen roto al centro del campo sportinguista. Con Nolito como autor del gol de la victoria gallega.
De las locuras de mes presente pueden dar testimonio los rojiblancos. Los del Sporting que, perdiendo, parece que ganaron (autoestima, sin duda); los del Atlético de Madrid remontando desde la orilla del Piles con tres puntos plenos de euforia y goles; y no digamos Gameiro al que le duró el soplido para navegar a toda vela en Leverkusen (a orillas del Rin), repitiendo el mismo marcador como visitante (2-4), solo le faltó al francés repetir triplete. Pero un gol en Champions vale un potosí, que se lo digan a Saúl que con dos golazos en Alemania ya se garantiza una subida de cotización. Un enloquecido encuentro, con Simeone a tope.
Locos fueron, también, los partidos de París, Manchester (Guardiola no gana para sustos) y Madrid en el inicio de la eliminatoria contra el Nápoles, aunque luego remontó. El Sevilla pasó del jolgorio inicial a la duda final. Remontar en Leicester -con Ranieri recién despedido- no será misión imposible para el ganador de la pasada Premier.
Para rematar las locuras sólo falta que el Sporting cumpla -por lo cuerdo o por lo desatado- en la tarde del domingo y aproveche el paso del Celta por la lejana Ucrania (con los resultados conocidos) para lograr tres puntos -uno sería poquiño- que, tal y como está de revuelta la cola de la Primera, son imprescindibles para entrar en marzo; luego ya veremos si mayea o hace frío. A lo mejor hasta Traoré -nuevo ídolo local, porque sí- consigue en un arrebato marcar de cabeza, aunque le venga al pie, donde le gusta más. Por cierto, si hubiera un penalti a favor ¿quién lo tiraría? teniendo en cuenta que Duje Cop ya no se alinea con el equipo titular, sería bueno no dar la nota improvisada, como ya se vio en el Sánchez Pizjuán con un joven Correa -decidido primero, dudando después- fallando una oportunidad que puede valer el pase de la eliminatoria. Aunque el argentino marcase posteriormente, pero eso no devuelve la ocasión errada. Cada vez son más los penaltis que se van al limbo. No será por falta de ensayo, la tensión del momento lo cambia todo. Como el tiempo loco de febrero: ahora sol y calor, luego frío y niebla.
