El discurso del Sporting vuelve a mutar. Un clásico de los últimos años. Ahora ya no se mira más allá de la siguiente jornada, en un ejercicio de puro y duro de cholismo. Lo de hacer planes a largo plazo queda aparcado para mejor ocasión. Aunque ya se sabe que todavía queda mucho y todo es revisable. Con algo hay que consolarse. Pero llama la atención de cómo el ambicioso mitin diario de jugadores y entrenador ha ido menguando hasta la extinción. Ejemplo: Babin, tras la victoria en casa ante el Alcorcón, descubrió que el vestuario se había puesto como objetivo quedar entre los dos primeros en el cómputo de los partidos de la segunda vuelta. Era el 20 de enero. Un mes después, hablar de play-off es, José Alberto dixit, una chorrada.

Puede entenderse que sea una estrategia para rebajar el nivel de presión, con una afición que a saber cómo recibirá hoy al equipo. Aunque la presión debería ser un elemento en el que algunos de los pilares del equipo deberían moverse con soltura, acostumbrados a jugar en Europa y en Ligas tan calientes como la griega. Pero vale, se acepta pulpo como animal de compañía. Más que nada es que otra de las opciones que pueden ponerse sobre la mesa para explicar el cambio en el discurso rojiblanco mete miedo: que la plantilla haya asumido que no da más, que esto es lo que hay. Aunque esto es lo que viene pensando desde agosto parte de la hinchada, que con una paciencia bíblica volvió a creer. Y aún así, los rojiblancos están a tiempo de volver a meterse en la pomada, aunque los números, las estadísticas, digan que a estas alturas de la película ningún equipo recortó nueve puntos.

El primer paso para recuperar algo de fe es de libro: ganar al Rayito. Lo contrario, malo, malo. Lo que no sea quedarse con los tres puntos será volver al aburrimiento de los primeros años en Segunda tras el desastre del 98. Y que no pase de ahí, no vaya a ser el Sporting se meta en un lío antes de alcanzar los salvadores 50 puntos.

Pero a algo habrá que aferrarse. Una vez superado el escollo del Rayito, tocará empezar a recuperar fuera los puntos que se han ido de El Molinón en este nefasto 2019. Aunque de esto, ante la nueva estrategia de comunicación del Sporting, no podría hablarse, ya que lo que toca es una buena ración del cholismo y su "partido y partido". Así que habrá que entretenerse en otros asuntos, como el de ver por quién apostará hoy JA para ganar al modesto equipo madrileño. Los que saben de esto, a los que Torrecilla recomendó no hace mucho alguna aplicación para el móvil para afinar en sus reflexiones, apuestan por la vuelta al once de Lod y Cofie, dos de los fichajes de postín del gestor de los recursos humanos sportinguistas que no acaban de explotar. Y luego así, jornada tras jornada, que a JA no le gusta tener equipos fijos y prefiere ir cambiando de piezas dependiendo del momento y el lugar. Y siempre, siempre, no olvidarse de tomar la correspondiente dosis de cholismo. ¡Buf, qué pereza!