Si se empeñan lo tendremos que volver a hacer. El más difícil todavía y esta vez sin Cristiano Ronaldo. Entre el Barcelona, el árbitro y el VAR han decidido que el Real Madrid tenga que volver a ganar la Champions League. Pues bueno, habrá que hacerlo.
Este año nos conformábamos con la Copa. Avanzábamos en silencio para no molestar y evitar así tropiezos injustificados, pero la cosa se torció. Primero porque en el Camp Nou perdonamos y ayer porque el árbitro, del que no sé ni el nombre, y sus ayudantes en la sala esa que no se dónde está decidieron tomarse unas copitas a la salud de todos los madridistas y pasarse por el forro de sus caprichos varias jugadas clave con Vinicius (el mejor del partido con diferencia) de protagonista.
Pero bueno, nada nuevo bajo el sol porque ya son muchos años de decisiones arbitrales de difícil comprensión que han levantado un rumor entre el madridismo de que los culés juegan con red. Cosa con la que no estoy de acuerdo, ni mucho menos. Sólo ocurre que los mismos árbitros deficientes que pitan un domingo se van a la sala esa de las pantallas el siguiente partido y pese a repeticiones múltiples siguen siendo tan deficientes como en el campo. Y eso unido a que el trencilla que pitó ayer también deja mucho que desear.
Enhorabuena al Barcelona porque ha ganado. Han llegado a la final los dueños de la posesión, del toque y del fútbol champán. Los herederos de "lacitos" Guardiola bien cerraditos atrás (¿vinieron en autobús?) y jugando al contraataque con su portería bien resguardada por un fenómeno llamado Ter Stegen y otro vestido de negro.
Resumiendo, es culpa de ellos, nos obligan a ganar otra vez la Champions. Nos parecía abusar ganar otra vez, pero si se empeñan...
