El Oviedo despachó ayer un partido correcto, libre de defectos de bulto y conforme a la mejoría apreciable en las últimas semanas, pero insuficiente para contrarrestar las buenas maneras exhibidas por el líder de la categoría, el Cádiz, que en el Carlos Tartiere demostró que si va primero en la competida Segunda División es por algo. La plantilla de Álvaro Cervera sabe a qué juega; no busca florituras, busca efectividad, y así ante los oviedistas, sin exquisiteces, se llevó los tres puntos. Con un trabajo defensivo encomiable, pues apenas concedieron ocasiones de gol a los de Javi Rozada.
Lo que parece que ya es una realidad es que el Oviedo va por el buen camino. No es para nada el conjunto deslavazado de comienzos de temporada y tampoco el que había pegado un bajón hace algunas jornadas. Lo mejor que se puede decir de los jugadores azules en estos momentos es que son un equipo, con todos los defectos que aún faltan por pulir, pero un equipo, un bloque que lucha por encima de las individualidades.
A los jugadores del centro del campo oviedista no se les puede pedir más entrega y atrevimiento que los mostrados ayer ante los cadistas. Tanto Jimmy como Tejera aceptaron el envite y adquirieron el protagonismo que les exige la grada. No se escondieron, lo que no quiere decir que siempre estuvieran acertados, pero al menos lo intentaron, lo que no es fácil en situaciones tan complicadas como la que está atravesando el Oviedo en este momento, a solo dos puntos de los puestos de descenso.
Rozada ha encontrado también un buen tándem para la banda derecha, con un siempre valiente Juanjo Nieto y un explosivo Sangalli. Ante el Cádiz les faltó concretar las jugadas de ataque, pero es que ciertamente el equipo andaluz, que defiende muy atrás, apenas deja huecos cuando le toca encerrarse en su área. No es casualidad que Cifuentes sea el portero menos goleado de la categoría y que Ortuño, por ejemplo, no tuviera ayer ni una sola opción de marcar.
También parece que el técnico oviedista tiene ya líder para la zaga. Arribas se ha convertido en los últimos encuentros en la gran referencia defensiva del equipo, haciendo olvidar algunos de los errores de bulto cometidos no hace demasiados partidos. Los oviedistas siguen concediendo demasiadas oportunidades para marcar a sus rivales, es cierto, pero ya no son producto de fallos garrafales de sus defensores como venía siendo habitual.
Borja Sánchez volvió a demostrar ayer que su concurso en el juego de combinación del Oviedo es indispensable. Puede, de acuerdo a lo manifestado por Rozada al final del partido, que sus problemas de salud a lo largo de la semana hayan mermado sus facultades futbolísticas y que por ello no haya conseguido finalizar alguna de las brillantes jugadas que protagonizó. El último pase fue ante el Cádiz la gran asignatura pendientes de los carbayones.
El Oviedo finaliza la primera vuelta de la Liga en Santander ante el Racing el próximo fin de semana. Una victoria serviría a los de Rozada para demostrarse a sí mismos que son capaces de mirar hacia arriba en la clasificación.
