Violeta y con el logo de Gijón. El diseño de la segunda equipación del Sporting no ha dejado indiferentes. Ha generado casi más debate que el de la zamarra de cabecera. Las reacciones, como la sidra en las últimas verbenas de aquellos veranos sin covid, han sido de todos los palos. Los de colmillo retorcido ironizan con que el Sporting se ha puesto feminista, que ha abrazado la causa morada del 8M tan vinculada a otros horizontes, también moraditos, que obligaron, por ejemplo, a fulminar sobre la marcha el patrocinio de una casa de apuestas. Otros ven como una brillante jugada de Integra dejar lucir a coste cero al Gijón de Ana González. Si la cosa se pone mal, la compañía asturiana sale impoluta. Y salga bien o mal, ha ganado puntos frente a la alcaldesa socialista y no morada. Aunque lo que vale es el relleno. Ateniéndose a la convocatoria del próximo amistoso de los de Gallego, parece que el Sporting se está poniendo duro además de lila. Los especialistas en la lectura de los posos de té sportinguistas piensan que dejar fuera de la lista a Carmona y a Nacho Méndez es la prueba de que va en serio eso de que Javi Rico ha llegado para poner orden. Hace tiempo que el club quiere deshacerse del "10". Pero el balear está tan cómodo en Gijón que incluso ha reformado su hogar. Lo de Méndez va por otro lado: no se quiere un nuevo "caso Jony". Así que el de Luanco renueva o se avecinan curvas. Es lo que tiene ponerse morado.
