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El Puentón

La espera por la obra de la explanada de Covadonga

El recelo por las ofertas a la baja de las empresas concurrentes y por la posibilidad de que los trabajos coincidan con fechas turísticas

Pasaron las efemérides de los centenarios de Covadonga y continuamos en el mismo punto de partida en cuanto al inicio de las ansiadas obras de acondicionamiento y mejora de la basílica del real sitio de Covadonga. Si bien es cierto que iban a arrancar en los primeros meses del pasado ejercicio, la realidad fue que quedarían pospuestas, atendiendo las sugerencias del Ayuntamiento de Cangas de Onís y también del abad del santuario, para después de la festividad de la Santina, 8 de septiembre de 2018. Pero el mes de septiembre quedó atrás hace ya un buen trecho de tiempo.

Sea como fuere, la licitación del proyecto que promueve la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Principado de Asturias, con un presupuesto base de 358.080,72 (IVA excluido), se inició el pasado 11 de octubre y a la misma presentaron plicas catorce empresas, algunas de ellas con ofertas en baja temeraria. Eso sí, parece que la adjudicataria, salvo causa de fuerza mayor, podría ser la firma que presentó una baja -en este supuesto, no temeraria- de poco más del 21 por ciento. Todo dentro de los cauces correctos.

Ahora bien, vueltos a meterse de lleno en el mes de enero del nuevo año y teniendo en cuenta que el plazo de ejecución de las obras es de tres meses, ¿se toparán turistas y peregrinos con vallas y demás parafernalia en plenas fechas de la próxima Semana Santa? Tan solo hay que poner un poco de atención en el calendario para percatarse de esa posibilidad, otra vez, en uno de los emblemas de mayor peregrinación del norte del país como es el santuario mariano de Covadonga. Y si coinciden unos con otros? apaga y vámonos.

A nadie se le escapa la urgente necesidad de llevar a cabo esa añorada actuación en la explanada del santuario, sobre todo para acabar con el deteriorado pavimento que presenta ese enclave, entre las inmediaciones de la entrada a la santa cueva y la basílica de Covadonga. Una imagen deplorable a estas alturas, y mucho más teniendo en cuenta el tirón que año tras año lleva al real sitio a casi un millón de peregrinos. Además, para más inri, en esta oportunidad en pleno año electoral, pues el 26 de mayo, con sus urnas en los colegios, está casi a la vuelta de la esquina. Hasta es posible que dé tiempo, con un poco de suerte, al corte inaugural de la protocolaria cinta para esas señaladas fechas.

Lo que sí preocupa en estos momentos, con independencia de que se inicien las obras mañana o dentro de mes y pico, es que se repita lo de otro proyecto no lejos de Covadonga, adjudicado por el Principado en un 36 por ciento a la baja -saneamiento del núcleo rural de Llueves, en Cangas de Onís, obras que deberían haber finalizado en octubre de 2018, según denunció recientemente José Carbonell, el portavoz de Cangas Puede, la marca blanca de Podemos, unos trabajos que no han sido recepcionados todavía- y sumidos en compás de espera. Y es que, en muchas ocasiones, lo barato suele salir al final bastante caro.

El santuario de Covadonga no debe servir de experimento para desarrollar un proyecto ambicioso e indispensable como es el acondicionamiento de la explanada de la basílica. Para nada trato de poner en duda la profesionalidad de la empresa encargada de realizar las obras. Lo que no puedo obviar es que se consiga llevar a buen puerto un proyecto, en base a piedra caliza, con cuantiosas bajas presupuestarias. A lo mejor puedo estar equivocado, pero tengo la mosca detrás de la oreja. ¿O es que los técnicos inflan al alza los presupuestos? No me cuadra, qué quieren que les diga.

Aplaudo que el Principado de Asturias financie esa inversión en el santuario de Covadonga. Como dice el refrán: "Más vale tarde que nunca". Ahora, en tanto se solventa la tramitación burocrática de la adjudicación del proyecto, los sectores involucrados, tal como ocurrió un año atrás, verán cual es la mejor solución al calendario de los trabajos -el plazo de ejecución es de tres meses-, sin que con ellos se perjudiquen a peregrinos y visitantes que tengan como destino el real sitio en este primer trimestre de 2019. Y, por último, estoy ciertamente receloso ante el devenir de las obras por esas ofertas bajistas.

¡Que esto es Covadonga, señor mío!

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