El animado panorama cultural que caracteriza el diario discurrir de la villa de Infiesto en las primeras décadas del siglo XX permitió que la prensa local registrase un importante número de publicaciones periódicas, de tendencias diversas cuando no enfrentadas, que respondían, ciertamente, a idearios políticos opuestos cuya pretensión última sería imponerse en un espacio municipal que por aquellas fechas disponía de una población de 19.000 habitantes. Aunque mayoritariamente estos periódicos locales -17 en total- registran esa intencionalidad política, también los hay de carácter estrictamente cultural, deportivo y escolar.
No resulta extraña la iniciativa periodística escolar si tenemos en cuenta que la red de centros de Piloña en esa época era realmente cuantiosa. En la propia villa de Infiesto había dos colegios religiosos, de carácter privado -San Viator y Vedrunas- y un grupo escolar graduado, patrimonio del que disponían escasas villas asturianas. El incremento de 22 escuelas durante el período 1923-1931 supuso en esta década la cifra más alta de toda Asturias en la potenciación de escuelas, que llegan a contabilizar un número de 69 en el total municipal.
Las inquietudes escolares de los maestros piloñeses encuentran en las nuevas líneas pedagógicas de la época caminos de ensayo e investigación para su profesión docente. En este intento nace "El Amigo", una publicación pionera y una experiencia pedagógica, la de incorporar la prensa a la escuela, puesta en marcha por la Asociación de Maestros del partido de Infiesto, inscrita en lo que fue el movimiento de renovación del magisterio asturiano.
Efectivamente, el periódico escolar es una actividad muy escasa en las escuelas asturianas de principios de siglo, de ahí la extraordinaria importancia y repercusión a nivel regional que tuvo en su momento "El Amigo". Este periódico, editado por los maestros de El Moru, Omedal y Riofabar, tres núcleos de población emplazados en la alta montaña piloñesa y unidos por la sierra de Sellón, es una publicación quincenal que comienza su andadura durante el año académico de 1932-1933, apareciendo su primer ejemplar en el mes de abril del citado curso. Con un formato de cuatro páginas tamaño folio mecanografiadas, si bien el último ejemplar conocido está impreso en imprenta.
Los maestros promotores de la iniciativa, Dionisio de San Julián y Matías Martín Sanabria, eran, evidentemente, precursores de la escuela activa, modelo que permitía al alumno aprender de sus propias experiencias con la observación del entorno, y el periódico era el cauce o plataforma en el que los alumnos expresaban y transmitían sus vivencias, en ocasiones con dibujos o ingenuas colaboraciones.
El intercambio de experiencias y, por tanto, de conocimientos se consigue con la difusión del proyecto a otras escuelas a las que se les invita a participar, y en este contexto "El Amigo" publica colaboraciones de otros centros escolares del ámbito municipal, del vecino concejo de Cabranes y hasta del más lejano de Castrillón, merced al entusiasmo que mostraba el maestro de Las Bárzanas (Castrillón) por el proyecto de los maestros piloñeses, a quienes visita en una excursión subvencionada por el ayuntamiento de aquella localidad. Incidían muchas de estas colaboraciones en las actividades relacionadas con el excursionismo y los paseos escolares, iniciativas que en estos años se trataba de fomentar muy en la línea de la pedagogía institucionista de relacionar al alumno con la naturaleza. En definitiva, el proyecto de estos maestros piloñeses, según expresan en línea editorial, era una iniciativa no solo para desarrollar en el propio concejo de Piloña, sino en el ámbito del partido de Infiesto y "posteriormente extender su radio de acción a toda la provincia y a España entera, si fuera posible". Hasta cierto punto se cumplen estas expectativas docentes, tal vez hubieran llegado a su plenitud si hubieran recibido la ayuda económica del Ministerio, solicitada por los maestros responsables e informada favorablemente por el inspector de zona.
