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Rafael del Naranco | Periodista, exdirector de la revista "Élite" y el periódico "El Mundo" de Venezuela

"Pasé de la nada a dirigir la principal revista de Venezuela"

"Hugo Chávez me apreciaba porque como periodista he sido honrado: llegó a decir públicamente que yo era el único que nunca le había pedido nada"

Rafael del Naranco, en el Campo San Francisco de Oviedo. Luisma Murias

El gijonés Rafael del Naranco ha sido testigo directo de cuatro décadas claves en la historia de Venezuela. Fue director de dos de las principales publicaciones del país caribeño, la revista "Élite" y el periódico "El Mundo", y amigo personal de Hugo Chávez antes de que la visión crítica del asturiano sobre la situación del país los distanciase. Pero sus memorias no se limitan a sus vivencias en Venezuela: la dureza de la posguerra, la represión política de los últimos años del franquismo y la evolución de un oficio al que ha dedicado toda su vida. Porque, como asegura Rafael del Naranco:_"Creo que nací siendo periodista".

Hambre. "Nací en Gijón en 1943, en un barrio que se llama Llano del Medio, en la calle Eulalia. Esa calle iba al camino del cementerio de Ceares, y parece que ese camino, ese sendero, esa forma, marcó un poco también mi vida. Porque era un barrio muy pobre, y nosotros éramos una familia pobre. Mi abuelo era francés, vino a montar una fábrica a Gijón, pero el alcohol lo consumió. Y luego estaban aquellas circunstancias, la posguerra española. Había más frío que ahora, más necesidades que ahora y más angustias que ahora. Cuando hablo con los compañeros de mi generación, parece que nadie pasó hambre, y yo pasé mucha hambre".

Lectura. "Yo tardé muchos años en leer y escribir, porque hasta los 7 o los 8 años no comencé a ir a la escuela. La primera fue ´La Escuelona´, en el Llano del Medio. Pero aún sin saber leer, me maravillaban las páginas del periódico: aquellas páginas negras, con manchas, que veía leer a mi madre. En ´La Escuelona´ aprendí las cuatro cosas que se podían aprender allí y me fui al colegio La Reconquista, en Oviedo, donde estaba el hospicio. Ahí ya empecé a leer un poco, y a escribir. Y empecé a ganar los concursos de escritura que hacían en la escuela. Puedo decir que en realidad no sabía escribir, no tenía un sentido de la escritura como tal. Pero algo hacía bien, porque contaba hechos cotidianos sin ningún valor, pero ganaba. Incluso publiqué alguna cosa en Madrid".

Paredes. "En el tiempo que yo tenía 14 años, chocolates La Cibeles tenía un equipo de hockey sobre patines. Empecé a hacer alguna nota y las llevaba a ´La Voz de Asturias´, que tenía la redacción al final de la calle Gil de Jaz. Paredes, que era el jefe de redacción, era el que me corregía los textos y más se preocupaba por mí. Yo firmaba como Rafael González, y un día Paredes me cogió y me dijo:_´Rafael González hay en Asturias millones. A partir de ahora te vamos a poner Rafael del Naranco´. Y desde los 14 años firmo así. Ahora, cuando me llaman Rafael González Rodríguez o lo veo en los documentos, no sé quién es".

"Región". "Donde me desarrollé como periodista fue en el diario ´Región´. Cuando empecé con ellos ya escribía mejor, y ellos tenían un equipo muy bueno como Luis José de Ávila o Ricardo Vázquez Prada, que fue como un padre para mí. Entré de colaborador cuando tenía unos 17 años, y por las noches iba a un colegio a estudiar. Después de ´Región´ me fui a ´La Voz de Avilés´, ya con un contrato, y allí estuve cuatro o cinco años. El director era Esteban Greciet, y cuando se fue a dirigir el ´Diario Regional´ de Valladolid me fui con él para allá. Después pasé por el ´Diario de Barcelona´, en la época en la que lo dirigía Martín Ferrand, y aprovechando que mi hermana se casaba en Valencia pedí trabajo en ´La Provincias´".

Barrios. "La jefa de redacción de ´Las Provincias´ era María Consuelo Reinas, la hija de los dueños. Fui a verla por la mañana, muy temprano. Me presenté y me preguntó: ´¿Qué puedes hacer?´. Yo le dije:_´Barrios´. No tenían a nadie para eso y me cogieron. Allí puse en marcha una sección que hacía Ricardo Vázquez Prada en ´Región´: ´El cabinista´. Era alguien que llamaba al periódico, decía quién era y contaba que en la calle tal o cual pasaba algo: un pozo de agua negra, un robo... Las primeras veces era yo mismo el que contaba los problemas que iba viendo por los barrios, pero luego empezó a llamar la gente y llegamos a sacar cinco páginas de ´El cabinista´. Hace unos años, en la Universidad de Valencia, se leyó una tesis en la que se dice que yo fui el primero que dedicó un trabajo serio, en prensa, a los barrios de la ciudad de Valencia".

Huelga. "Al poco de estar en Valencia ya era muy conocido. No tenía barreras, ni miedo a nada. Allí me reencontré con una chica de Avilés, Marisol, a la que había conocido antes de irme. Su padre trabajaba en Asturiana de Zinc y lo mandaron de director a Valencia. Empezamos a salir. Yo seguía haciendo ´Barrios´ para el periódico, y allí había algo de política. Me introduje a acompañar una huelga en Sagunto. La Policía estaba pendiente de las reuniones. Yo estaba cubriéndolo, pero a la vez participaba en las reuniones: era un poco arte y parte. Así que me detuvieron, estuve dos días preso. Me llevaban a juicio, y los abogados me dijeron que me podía caer uno o dos años de cárcel. De aquella, yo tenía amistad con el cónsul de Venezuela en Valencia, que me dijo que si me iban a meter unos meses en la cárcel, podía irme a Isla Margarita, donde un banquero estaba montando un periódico. Era la primera vez que oía hablar de ese lugar".

Isla Margarita. "Hablé con mi novia y le dice que me iba a ir unos meses a Venezuela. Ella me dijo: ´Nos casamos´. Y dicho y hecho. El alcalde de Valencia fue testigo de la boda. Ella acababa de terminar la carrera, Filosofía y Letras por la rama de Geografía e Historia. Y nos fuimos los dos para el Caribe. Era 1974. Yo no tenía ni idea adónde iba: el primer día fui con traje y corbata a un sitio que hay siempre 28 o 30 grados. El diario era ´El Sol de Margarita´. Al poco, yo era tan conocido como las tortugas de la isla".

Patricia. "En Isla Margarita recuperé una columna que hacía en ´Región´: se titulaba ´Cartas a Patricia´, eran unas cartas ficticias a una muchacha. Y tuvo un éxito increíble: se recibían muchas cartas en el periódico por la sección, sobre todo de mujeres. Estuve en ´El Sol´ como tres años, y luego fundé un periódico vespertino: ´La Tarde´. Me movía".

Capriles. "En Isla Margarita estaba bien. Después de ´La Tarde´ fundé una revista en otra localidad, ´La Voz de Juan Griego´. Pero pasó que un día me presentaron en un hotel de Isla Margarita, el Bella Vista, a Miguel Ángel Capriles, que era el editor más importante de Venezuela junto a otro, un exsocio suyo, que se llamaba Armando de Armas. Capriles me ofreció ir con él a trabajar a Caracas, y lo hice. Era 1980. Me puso de jefe de redacción de una revista de farándula, ´Venezuela Gráfica´. Aguanté unos seis meses, pero no me gustaba. Me mandó a la revista ´Élite´, de política. Era la revista más antigua de Venezuela, y muy prestigiosa: allí había trabajado Gabriel García Márquez como articulista, y también Miguel Ángel Asturias. Una revista de prestigio".

"Élite". "Cuando llevaba como cuatro años en ´Élite´, el director, que era un chileno que había sido colaborador de Allende, se volvió a su país. Capriles me llamó a su despacho. ´Mira´, me dijo, ´he pensado en hacerte director de ´Élite´, que es la revista de más prestigio que tenemos. Pero sólo te pido que te nacionalices venezolano´. Yo le respondí: ´Mire, don Miguel: si yo ya tengo una madre, que es España, ¿para qué quiero una madrastra?´. Él me dijo:_´¡Contigo no se puede hablar! ¡Venga, que te hagan director!´. Y al día siguiente, todos los periódicos del grupo, que era un gran emporio, anunciaron en portada mi nombramiento. Un españolito del Llano, que pasó en ocho años de no ser nadie a dirigir la revista más importante de Venezuela".

Chávez. "El primer intento de Chávez de hacerse con el país fue en el 92. Fue un intento de golpe, muy cruel: atacaron la casa del presidente, Carlos Andrés Pérez. No me gustó nada. Le detuvieron y estuvo preso hasta que Rafael Caldera lo indultó. Y si Caldera -que era un buen presidente, muy responsable- no lo indulta, Chávez no se hubiera podido presentar a la presidencia en 1998. Caldera lo hizo por un sentido político: Chávez, desde la cárcel, tenía el país movilizado. Caldera lo hizo por un sentido político, porque parecía mejor dejarlo libre y poderlo controlar de otra manera. Lo que pasa es que el país, que era riquísimo, estaba en una situación caótica, y Chávez arrasó en las elecciones".

Amistad. "Chávez llegó al poder en enero de 1999. En ´Élite´ le entrevistamos varias veces, pero yo no hablaba con él. Le saludaba y luego ya él se quedaba con el redactor. Con las elecciones, tuvimos varias reuniones privadas y empezó a caerme bien. Nos acabamos haciendo muy amigos, y él a mi me apreciaba porque yo como periodista he sido honrado: viví permanentemente de mi sueldo, no hice ni el más mínimo negocio. Él llegó a decir de mí, públicamente: ´El único que nunca ha pedido nada aquí ha sido don Rafael´. En persona era estupendo, no tenía rencores ni odios, y, aunque tenía carácter, era muy abierto. Le conocí mucho, también a Maduro, que era un hombre grandote y muy fiel a Chávez ya desde el golpe de Estado. Tanto él como su esposa".

Segunda entrega, mañana, lunes:

"Maduro estuvo en Oviedo en 2008"

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