Arqueología

La primera guerra de la Europa prehistórica se libró en el País Vasco hace 5.000 años

Nuevos análisis de la fosa común del Neolítico descubierta en Álava hace 50 años reescribe la historia bélica de la humanidad

Los huesos de al menos 338 muertos yacen en esta fosa común neolítica en España.

Los huesos de al menos 338 muertos yacen en esta fosa común neolítica en España. / Fernández-Crespo et al./ Scientific Reports.

Redacción T21

Un reexamen de la fosa común del Neolítico descubierta en 1973 en lo que hoy es el País Vasco revela que hace 5.000 años tuvo lugar la primera guerra sofisticada de la Europa prehistórica, que duró un largo período de tiempo, involucró a grandes grupos de combatientes e incluyó varios ataques y batallas individuales.

La guerra es un fenómeno tan antiguo como la humanidad, pero no se sabe con exactitud cuándo y cómo surgió, ni qué factores la desencadenaron y qué consecuencias tuvo. Estas cuestionen intrigan a los arqueólogos y los historiadores que estudian la violencia en el pasado.

Uno de los yacimientos que más luz ha arrojado sobre este tema es el abrigo rocoso de San Juan ante Portam Latinam, en el País Vasco, donde se encuentra una fosa común con los restos de cientos de personas que murieron en una batalla hace unos 5.000 años, durante el Neolítico final. Se trata del primer caso de guerra sofisticada en la Europa prehistórica, y de uno de los más antiguos del mundo.

Restos con violencia

El abrigo rocoso de San Juan ante Portam Latinam se encuentra en el municipio de Laguardia, en Álava, y fue excavado por primera vez en 1973 por el arqueólogo José Miguel de Barandiarán.

Desde entonces, se han recuperado los restos óseos de 338 individuos que mostraban cráneos abollados o rotos y muescas en otros huesos. Los esqueletos estaban junto a 52 puntas de flecha de pedernal, 64 hojas de piedra y dos hachas de piedra, armas que atestiguan que fueron víctimas de conflictos violentos.

Sin embargo, la naturaleza de la violencia que provocó estas muertes y su alcance no se conocen en profundidad. Investigaciones previas han sugerido que los conflictos de aquellos tiempos consistían en incursiones cortas que duraban no más de unos pocos días y que involucraban a pequeños grupos.

Nuestro estudio sugiere impactos sociales más amplios, que pueden estar relacionados con una forma de guerra más sofisticada y formalizada de lo que se apreciaba anteriormente en el registro neolítico europeo.

Fernández-Crespo et al.

— Scientific Reports.

Nueva perspectiva

Sin embargo, una nueva investigación, de la que es primera autora Teresa Fernández-Crespo, de la Universidad de Valladolid, aporta otra perspectiva a este pasado después de realizar un reexamen osteológico sistemático de los esqueletos del abrigo rocoso: aclara algo más lo que pudo haber pasado.

Este reexamen determinó que 154 de los esqueletos presentan lesiones traumáticas, tanto curadas (89) como sin curar (65), causadas por armas de piedra o de hueso, como hachas, flechas, lanzas o cuchillos.

También que la mayoría de las heridas se localizan en el cráneo (107), el tórax y las extremidades superiores, y que algunas de ellas son mortales.

El estudio muestra también que los varones adolescentes y adultos fueron los más afectados por la violencia, tanto a corta como a larga distancia. De los huesos para los cuales se pudo determinar el género, el 70 por ciento eran hombres, sólo el 30 eran mujeres y niños.

Ejemplos de lesiones de cráneo en los esqueletos de San Juan ante Portam Latinam, documentadas en el nuevo estudio.

Ejemplos de lesiones de cráneo en los esqueletos de San Juan ante Portam Latinam, documentadas en el nuevo estudio. / Fernández-Crespo et al./ Scientific Reports.

Violencia interpersonal

Los análisis científicos han permitido asimismo datar los restos entre el 3380 y el 3000 a.C., y estimar que el 23,1% de los esqueletos sufrieron violencia interpersonal.

La investigación concluye que se trata del primer caso de guerra sofisticada en la Europa prehistórica, ya que las fosas comunes de la Edad de Piedra conocidas anteriormente no suelen contener más de un máximo de 30 a 40 personas muertas.

Los estudios genéticos e isotópicos han revelado asimismo que los individuos enterrados en el abrigo rocoso pertenecían a distintos grupos étnicos y culturales, y que algunos de ellos procedían de regiones lejanas, como el centro y el sur de Europa, o incluso el norte de África.

Conflicto a gran escala

Esto significa que la fosa común de Rioja Alavesa podría ser la evidencia más temprana de una guerra real en Europa: un conflicto violento que duró un largo período de tiempo (meses o tal vez años),  involucró a grandes grupos de combatientes e incluyó varios ataques y batallas individuales.

Los autores del artículo científico, publicado en la revista Scientific Reports, sugieren que la causa de la guerra pudo ser el control de un territorio estratégico, rico en recursos naturales y situado en una encrucijada de rutas comerciales.

El abrigo rocoso, además de ser un lugar de enterramiento, pudo ser un refugio o un puesto de vigilancia para los combatientes, consideran los investigadores.

Testimonio excepcional

Toda esta información convierte al abrigo rocoso de San Juan ante Portam Latinam en un testimonio excepcional de la naturaleza y la evolución de la guerra en el pasado.

El estudio permite comprender mejor cómo se organizaban y se enfrentaban los grupos humanos en el Neolítico final, y cómo la violencia afectaba a sus vidas y a sus sociedades.

El yacimiento también plantea nuevos interrogantes sobre el origen y el significado de la guerra, y sobre su impacto en la historia de Europa y del mundo.

Referencia

The nature and extent of conflict in Late Neolithic Europe based on expanded skeletal evidence for violence from the San Juan ante Portam Latinam rockshelter in present-day Spain (ca. 3380–3000 cal. BC). Fernández-Crespo, et al. Sci Rep 11, 21162 (2021). DOI:https://doi.org/10.1038/s41598-023-43026-9