Con un ataque de gota agudo que arrastra desde hace más de un mes, Kiko Rivera está viviendo una auténtica pesadilla. Los fuertes dolores que padece y que le obligan a caminar con ayuda de una muleta, han paralizado buena parte de sus proyectos, y apenas se ha dejado ver en los últimos tiempos porque, con este intenso malestar, prefiere no salir de su casa.

"Estoy hasta las narices del dolor de gota. Llevo un puñetero mes sin poder doblar la rodilla. Ya no sé qué hacer y estoy empezando a desesperarme", escribía el Dj este fin de semana en sus redes sociales, añadiendo un desgarrador mensaje que refleja su desesperación por una enfermedad que ha ido a más en los últimos tiempos y que se ha acabado convirtiendo en su peor enemigo: "Por favor que alguien venga y me corte la puta pierna. Vaya puta mierda de 28 años que tengo".

Una confesión que ha dejado muy preocupados a sus fans y sobre la que ahora se pronuncia Irene Rosales, que convertida en su mejor enfermera nos ha contado cómo lleva Kiko este interminable ataque agudo de gota que le está causando unos dolores insoportables: "Está rabiando". "La verdad es que le está dando fuerte pero nada, a cuidarse, paciencia y ya está" ha afirmado resignada.

Sobre las últimas declaraciones de Isa Pantoja sobre su hermano - asegurando que Kiko es un bonachón pero a veces se le va mucho la cabeza - Irene confiesa entre risas estar de acuerdo con su cuñada pero insiste en su postura de no pronunciarse sobre la negativa de la peruana a perdonar al Dj: "Habrá gente que lo entienda y gente que no, incluso ella misma, pero ya dije en su día que mi cabeza no está para más problemas y me voy a mantener al margen de todo".

Además, y cumpliendo con su postura de no inmiscuirse en la relación de los hijos de Isabel Pantoja, Irene ha respondido con un tajante "ahí no tengo nada que decir" a la intención de Isa de no invitar a Kiko - que iba a ser su padrino - a su boda con Asraf. 

El programa de Ana Rosa se ha desplazado hasta el domicilio del DJ después de que menos de 24 horas antes atendiese de bunas maneras a una reportera de Sálvame. "Su operación de lavado de imagen ha durado menos de 24 horas" ha confesado la reportera después de que Rivera tratara de esquivarla con el coche "y a gran velocidad por una calle" y posteriormente le cerrase con un "portazo".

Kiko rivera ha perido "perdón" por cerrar de esa manera y posteriormente ha salido Irene Rosales a poner calma. "Será porque viene con el dolor y rabiando, y que mi puerta está fastidiada".