'Desaparecido' desde su mediática ruptura con Marta Riesco el pasado viernes, Antonio David Flores ha conseguido dar esquinazo a la prensa que sigue sus pasos en Málaga y, a pesar de que - como él mismo ha compartido en sus redes sociales - asistió con sus hijos Rocío, David y Lola a ver la procesión del Cristo de los Gitanos, del que es devoto, nadie ha conseguido 'pillarlo' y, por tanto, preguntarle cómo se encuentra y por qué ha dado por perdida su relación con la reportera.

Ha sido su hija Rocío Flores quien, rompiendo su silencio, ha desvelado cómo está su padre tras su ruptura con Marta, confirmando que, aunque pudiese parecer lo contrario - ya que después de dejarla tirada a última hora en su fiesta de cumpleaños tampoco le coge el teléfono ni le contesta a los mensajes - Antonio David no lo está pasando bien.

Fiel a su discreción - y reservándose para su próxima visita a 'El programa de Ana Rosa', la influencer ha asegurado que no ha hablado con él de su ruptura con la reportera y desvelando que no tiene "ni idea" de si su padre tiene pensado hablar con Marta o no después de los últimos acontecimientos.

Impactada al enterarse por los reporteros de que la ahora cantante ha decidido alejarse temporalmente del foco mediático por su salud mental tras el dramático fin de su relación con Antonio David, Rocío ha señalado que es una "situación bastante complicada", explicando que "ninguno lo está pasando bien" en estos momentos. "No tengo ni idea, es cosa de ellos" ha respondido cuando le hemos preguntado si cree posible una segunda oportunidad en la relación de su padre y Marta.

Intentando mantenerse al margen de la vida privada del ex guardia civil, su hija sí ha quejado claro que ella no tiene "nada que ver" en la ruptura, riéndose sin disimulo ante los rumores que apuntan a que la verdadera 'culpable' del comportamiento de Antonio David no es otra que Olga Moreno.

Eso sí, Rocío ha desmentido que su padre haya confesado a su entorno - hablando de Marta - que se enamoró de Blancanieves y se convirtió en Maléfica y, alucinada, ha señalado que le parece "increíble" que se haya contado en televisión tal afirmación: "¡Madre mía!".