Cristiano Ronaldo ya está en Madrid, al menos, de cuerpo presente. Más de 75.000 aficionados dieron la bienvenida al portugués. Horas más tarde de la consagración del luso enterrábamos a Michael Jackson, o lo que quedaba de él. El mismo blanco para las dos celebraciones: uno en la camiseta, otro en la cara. Dos figuras que se dieron el último adiós por el camino. Cuando Michael ascendía hacia el firmamento, Cristiano bajaba a empezar su cruzada en el Bernabeu, se saludaron en las nubes y se juntarán en la tierra. Michael ya está esperando.