Oviedo / Gijón / Avilés,

R. G. PRAVIA/

P. TUÑÓN / L. LÓPEZ

Al final España ganó angustiada, tras un gol de Villa, que ya es el héroe de la Roja sin discusión. Pero Paraguay tuvo sus opciones. Antes de comenzar el partido, asturianos y paraguayos en Asturias hablaban de sus sensaciones. El partido no había comenzado, por lo que todos ellos estaban contentos. Es la reacción previa, en algún caso; y a mitad de partido, en algunos otros, de los aficionados de uno y otro países. En todo caso con la tensión y los nervios de ver qué ocurría al final. Y suspense hubo para dar y tomar.

Los paraguayos, no obstante, vivieron con gran intensidad este Mundial de Sudáfrica tras los éxitos cosechados por la selección del país en el torneo: «La gente salía a la calle con las banderas y nuestros colores», contó a LA NUEVA ESPAÑA horas antes de empezar el encuentro Lourdes Francisca Argüello Ojeda, empleada en la cafetería San Francisco de Oviedo. Lourdes Argüello, que vio el partido en la cafetería con el resto de compañeros, clientes y el responsable del establecimiento, Jesús Baldonedo, se mostraba precavida ante el encuentro: «España tiene mucho nivel, aunque la esperanza no se pierde».

Argüello aseguraba tener el corazón dividido entre ambos países, aunque, evidentemente, le tiraba más el combinado sudamericano. Si ganaba Paraguay, intentaría celebrarlo, aunque «no me hubiera gustado hacerlo sola por las calles con toda la gente de aquí mirándome», comentaba sonriendo.

Por otro lado, como tiene la camiseta de Villa, «si gana España, comenzaré a ponérmela». Del Guaje, cree que es un gran jugador, pero no mejor que Casillas, al que considera el mejor portero del mundo. Del lado paraguayo consideraba que Roque Santa Cruz sería el jugador desequilibrante. Del mismo modo que la selección de su país vivió hasta ayer una gran aventura en el Mundial, Lourdes decidió, hace unos dos años, trasladarse de Asunción a Santander de vacaciones. Allí, trs meses depués conoció al asturiano que hoy es su marido y padre de su hija. La mayor diferencia que notó Lourdes, desde su llegada, es la comida: «allá se come más ligero debido al calor, pero aquí está el jamón», bromeó.

Algo muy diferente ocurre en el bar gijonés Baypas's, donde la euforia por la Roja era total. Ya cuentan con ocho banderas de España y esperan acabar la Copa del Mundo con doce enseñas nacionales. Eso significaría que la selección ha llegado a la final ya que, por una apuesta de los dueños, por cada partido que juega España se añaden dos banderas a la decoración. «La gente está eufórica con el equipo, el lleno es total cuando juega la selección», apunta la encargada del local, Lola Díaz. «Pero no sólo con la selección, también cuando hay otros partidos del Mundial la gente los vive con emoción», puntualiza Lola.

El bar nunca falla a las citas de los chicos de Vicente del Bosque. Es entonces cuando se despliegan las banderas y los colores nacionales inundan por completo el local. También se descuelga una gran pantalla, se bajan las luces y las mesas se disponen para que los clientes disfruten del espectáculo de la Roja. Ya desde antes del pitido inicial comienza el carrusel de cerveza, la bebida estrella los días de partido. Este local de Fomento experimenta una completa transformación cuando algo está en juego para el combinado nacional. Charo París es camarera del Baypas's y una apasionada de Villa. «Es mi jugador favorito, él lo hace todo y está levantando al equipo», afirma. Lola, sin embargo, es fan del central Gerard Piqué.

En Avilés también se vive con emoción el Mundial. Y también se nota la tensión de los minutos previos. Poco antes del partido todos los bares se llenan de gente y los colores de la selección se ven en cada esquina. La camiseta con el número 7 del Guaje es la vestimenta más escogida y todos están en la sintonía de Adrián García, un aficionado del bar La Maruxa: «Vamos a ganar, joder».

Una paraguaya contó desde su trabajo en Oviedo sus sensaciones y sentimientos antes de comenzar el partido

Un bar de Gijón, por una apuesta de los dueños, cuelga dos banderas cada vez que gana España

«Vamos a ganar», decían los expectantes seguidores del equipo en el bar La Maruxa, de Avilés