Oviedo, Lucía NOSTI

Uno de cada cuatro niños padece obesidad en España debido a los malos hábitos de nutrición. Los padres tienen la última palabra y entre ellos hay consenso: todo el mundo considera importante que en etapas de crecimiento los niños se alimenten de forma saludable y eviten el consumo de «chucherías», especialmente en la merienda. Pero el caso es que buena parte de ellos tiene las «chuches» como parte habitual del menú.

En el Campo San Francisco, ayer de tarde en Oviedo, Patricia Quintana García, madre de Guillermo Menéndez, aseguraba que en la merienda de su hijo nunca falta una pieza de fruta y un yogur. «Nunca hemos comprado bollería industrial y creo, sinceramente, que no es recomendable. Aunque no suele pedir dulces, le encanta el bizcocho casero, incluso me ayuda a cocinarlo en casa. «¡Ya soy chef!», exclama Guillermo.

En el mismo escenario, Gonzalo Álvarez García también dice estar en contra del consumo de bollería industrial y de la comida basura. «Tengo tres hijos y todos comen fruta y yogures. Nada de chocolate. Además, en el colegio también comen de forma sana y eso es importante», asegura.

«Si pasamos por algún establecimiento de comida rápida me dice: "Mamá, si comes ahí te pones gordo"», cuenta Lourdes Pardo, madre de Félix, un divertido niño de 6 años, y añade: «Creo que es cierta la famosa frase de somos lo que comemos».

La última medida del Ministerio de Sanidad es eliminar en los colegios la bollería industrial y los refrescos con cafeína e introducir fruta en las máquinas expendedoras. María Jesús Álvarez Martínez, abuela de Jimena, que tiene 2 años, está de acuerdo con la limitación, «me parece genial que en las máquinas expendedoras pongan fruta en vez de bollos de chocolate, creo que es una buena medida que espero que sirva para incentivar el consumo de la fruta».

Moderar el consumo de alimentos con alto contenido en calorías y azúcares es un asunto difícil para muchos padres, que realizan algunas concesiones. Sonia Díaz, madre de Favila, un niño de 4 años que disfrutaba de un gran helado, asegura: «En general me pide bastante chocolate, y si toma fruta es siempre por obligación».

Vincent Delort, un francés que estos días está de visita en Oviedo con su hijo Mateo de 4 años, asegura que en la merienda prefiere darle a su hijo un bocadillo de Nocilla. «Fruta para merendar nunca le damos. Come fruta en la comida y la cena, le gusta mucho el melón español», afirma entre risas.

El bocadillo de Nocilla y el zumo a media tarde es la combinación más repetida en todas las meriendas infantiles de los parques. No se puede negar que a los niños les encanta el chocolate. No es malo, pero, como todo en la vida, se hace necesario moderar el consumo. Así de fácil.

Avilés, Raúl GARCÍA

«Los hábitos correctos en la alimentación de los niños son responsabilidad de los padres», afirma la avilesina Begoña Varela respecto a la ley de Sanidad que quiere prohibir la venta de bollos y refrescos azucarados en los colegios. Muchos padres tienen esta misma opinión, como Manuela Maziel: «Se venden demasiadas porquerías y en ocasiones la culpa es nuestra». Aunque también asegura que en el colegio de su hija, Elisabeth, «sólo le permiten llevar fruta».

Por eso Varela cree que esta ley es «una tontería», ya que «seguirá habiendo padres que para merendar en vez de un yogur den bollería industrial». La fruta y los bocadillos son lo más recomendable, pero muchos padres aseguran que es complicado competir con «el sabor de las chuches».

Isabel García reconoce que en verano sí le compra a su hija alguna que otra chuchería, pero que «son los padres los que deben controlar lo que se da y lo que no». Para García, lo más sencillo es que «no lleven dinero» y de este modo coman en la escuela lo que llevan de casa.

En esta misma línea se pronuncia Pedro Álvarez, padre de un niño de 5 años: «Hacer el bocadillo en casa, aparte de ser sano, resulta más barato». Álvarez es consciente de que este tipo de comida gusta a los más pequeños, pero hay que actuar «por el bien de su salud». Para él, la fruta es «prioritaria».