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El pisito del subalterno

La legislatura es corta, ten una aventura

El pisito del subalterno

Uno de los problemas de nuestros políticos es que ven poco cine. En el caso de José Ignacio Wert o Cristóbal Montoro es evidente, sobre todo cuando hablamos de cine español. Pero también le pasa a Jorge Fernández Díaz, al que le hubiera venido al pelo repasar El apartamento, la obra maestra de Billy Wilder, cuando preparaba su reunión "para tomar el té" con Rodrigo Rato. El apartamento se centra en un tipo que presta su pisito de soltero a su jefe para que pueda verse a solas con su amante. De haber visto la película, quiero pensar que a Fernández Díaz se le habría ocurrido emular a Fred MacMurray y buscar a algún subalterno que le dejase su piso. Seguro que tiene en nómina algún tipo pusilánime y servicial (un Jack Lemmon de la vida, vamos); y si no, tranquilo que los hay a patadas en el partido. Pero volviendo al tema, esto del pisito es ideal para tener esos encuentros privados y evitar incómodas alusiones a eso tan etéreo que es la "ética". Yo, que soy un tío pragmático, le recrimino otras cosas: que use un despacho que le estoy pagando con mis impuestos para ver a sus amiguitos. Para eso, insisto, están los pisitos de los subalternos. Allí, en la aséptica intimidad de un piso ajeno, podría recibir sin miramientos a todos sus amigos "presuntos" (que no "presuntos amigos"). Imagínense un desfile de "presuntos" como si fueran aspirantes a supermodelo: un día Rato, otro Blesa, el fin de semana entero para Bárcenas... Visto lo visto, estoy pensando en montar una red de contactos entre "presuntos" y políticos en el cargo. No tengo aún el nombre, pero ya se me ha ocurrido un slogan: "La legislatura es corta, ten una aventura".

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