"Esto es la mejor sensación que hay. Sobre todo subir con mi hija Alessandra a recibir el premio será un gran recuerdo para toda la vida", señalaba emocionado Jeison Franco desde lo más alto del podium del Concurso de Escanciadores de Nava, que a juicio de la organización premia al "mejor escanciador del mundo". Este joven colombiano, en concreto de Cali, lleva ocho años trabajando en la hostelería asturiana -en la sidrería "El Madreñeru" de Pola de Siero- y seis participando en concursos de escanciar. "Solo entreno en el trabajo, ya que siempre intento satisfacer al cliente. Voy a seguir ganando y espero llevarme el Campeonato de Asturias", reconocía Franco. Actualmente marcha segundo en la clasificación de esta prueba con varios concursos aún por celebrarse.

La peor cara la vivió el poleso Jonathan Trabanco, compañero de sidrería de Franco, que por tercera edición consecutiva volvía a quedar relegado a la segunda posición en Nava. "Es una verdadera pena", explicaba Trabanco, que trataba de ver la parte positiva de este concurso. "Es uno de los más importantes, aquí están todos los medios de comunicación y muchísima gente ha venido para vernos, con eso quedo satisfecho. Es una promoción muy buena para la sidra de verdad, la asturiana, no podemos dejar que los vascos nos coman el terreno", añadía.

En la categoría principal completaron el Top 5, Wilkin Aquiles- originario de la República Dominicana- quedó en tercera posición, mientras que Pablo Álvarez y Salvador Ondó- actual líder del Campeonato de Asturias- quedaron en cuarta y quinta posición respectivamente. En las otras secciones del concurso, las correspondientes a mejor escanciador local y juvenil, fueron a parar a Saúl Moro y Alesandra Castellanos, de dieciséis años- en ese orden. Precisamente los vencedores en estas categorías protagonizaron el momento emotivo del día. Fue cuando Saúl Moro subió a recoger su galardón y decidió "donar la provisión económica del premio a la jovencísima Alesandra Castellanos, porque ella va a ser una futura campeona de Asturias, y hay que reconocer su dedicación", proclamaba emocionado Moro.

La celebración no quedó ahí, porque como ya viene siendo tradición en la Plaza Manuel Uría se celebraba paralelamente la Feria del Tortu, una manera de juntar dos productos representativos de la gastronomía asturiana. "Llevamos casi una década viniendo a preparar los tortos y a juzgar por la cola que ha habido desde que abrimos el puesto, creo que están gustando mucho", decía Amparo Enternía mientras preparaba la masa. Estas impresiones las confirmaban los que acudían a degustar la preparación. "Están estupendos. La fusión entre la sidra y el torto nos parece una idea perfecta", comentaba María Jesús González, una avilesina que pasaba el día en Nava. Una tormenta durante la tarde obligó a desplazar el evento de cocina de postres con sidra al cercano llagar de Lolina.