En el "Rallye de la sidra" de Candás que se celebró ayer había de todo menos prisa. A los más de 2.300 inscritos no les hacía falta ir rápido, sabían que no se quedarían sin sus sidras y sus bollos preñaos. Agrupados en noventa y ocho peñas recorrieron las cuatro paradas del trayecto para acabar en el Paseo de San Antonio, aunque a alguno le costaría más de la cuenta llegar al final.

La primera parada estaba montada en la Fuente de los Ángeles. Allí se pudo ver a las peñas llegar con sus "carros" para empezar el rallye. Los tradicionales carros de la compra algunos los convirtieron en auténticas construcciones pensadas para llevar bebida, comida y hasta altavoces o luces de discoteca. Iván Posse, miembro de la peña "Mártires de la Buraca", decía ser más práctico y hacerlo más sencillos ya que "luego hay que cargar con los ellos y encima acaban destrozados".

Y es que no eran pocos los que admitían que sus "vehículos" acabarían de todo menos enteros. "Este vamos tiralo al agua como el de ayer en les coses que floten", bromeaba Daniel Carro, componente de la "Peña Arrexuntaos". Para Carro "debería de haber un concurso de carros". Lo decía al lado de su construcción, un "tren" hecho con dos carritos de la compra que tenía instalado un escanciador eléctrico y unos altavoces.

Tras algo más de una hora en la Fuente de los Ángeles la multitud se empezó a mover lentamente y por cuenta gotas hacia la siguiente parada. En el parque de Santarúa los inscritos recibían su segunda botella de sidra y el bollo preñao. En total cada participante se llevaría cuatro botellas de sidra, aunque muchos tenían otras tantas en el cuerpo o preparadas para más tarde. También había "espontáneos", a los que se advertía en el cartel de las fiestas de San Félix que se abstuvieran de participar, algo complicado. "En total se deben de juntar casi tres mil personas entre inscritos y no", admitían desde la organización del rallye.

Según avanzaba la tarde, la gente parecía seguir sin prisa, y siguieron pasando por las siguientes paradas de "Les conserves" y el "Paseo de San Antonio" a paso lento. No estaba claro si el objetivo era ser los primeros, llegar al final o beberse toda la sidra. Aunque, como decía Álvaro Menéndez, de la peña "Fracaso escolar", la mayoría tenía claro que van "a pasarlo bien y a jugar en casa, que para eso son las fiestas del pueblo".