Y llegó el VeSu para arrancar el verano, aunque sea asturiano y huela a humedad, pero el verano empieza en La Vega. Ahora sí que sí. Porque, como apuntó Yago Alcover en los primeros compases del concierto de “Mujeres”, es “en la Fábrica de Armas donde hay que estar”. Este año el festival crece, se ilumina y se crece. Barra y “birrita”, una por barba, pero la normalidad ya va pareciéndose a la vieja y para acompañar, la organización ha tirado de “viejos” rockeros. “Mujeres” y “Triángulo de Amor Bizarro” le plantaron cara a los cuartos de final, a la amenaza de lluvia, a la pandemia y a lo que les echasen. Tablas sobran.

“El tendido” del patio de la escuela del recinto fabril volvió a ser una fiesta. Asientos de paja, que fueron pista de baile para los brazos que se levantaban a un cielo siempre amenazante. Pero pasaba el tiempo y las nubes parecían respetar el esfuerzo y la ilusión de la organización. El VeSu está hecho con mimo y una personalidad cada vez más “propia”.

. “Vaya espacio más bestia este para montar conciertos, ¿no? Que el Ministerio de Defensa le devuelva esto a la ciudad de Oviedo”, proclamó el cantante de "Mujeres"

El concejal responsable, que se paseaba por la parte trasera del festival preguntaba que si en Oviedo se sabían hacer festivales. Pudo parecer que no durante años, quizás por falta de ganas, quizás por falta de espacios. El cantante de “Mujeres”, como los asistentes, se enamoró del recinto. “Vaya espacio más bestia este para montar conciertos, ¿no? Que el Ministerio de Defensa le devuelva esto a la ciudad de Oviedo”, proclamó el catalán, que convirtió el micrófono en altavoz ciudadano. Y las posibilidades de la Fábrica parece que no dejan de agotarse. Sobre todo cuando hay inversión. La chimenea de la Fábrica se iluminó de rosa con el logo del festival.

La jornada había empezado en el teatro con los portugueses “Whales”, que dieron un concierto de esos que dicen que es “impecable”, de sonido limpio y todo por el libro. Como tiene que ser en un teatro. Pero aunque el VeSu se expanda, lo que tira es la Fábrica, que es donde está la fiesta. Aunque sea limitada, aunque sea contenida. Todo suena mejor entre el ladrillo visto de los edificios de La Vega y parece que el verano ya solo se puede estrenar entre sus muros.

Vista general de la explanada frente a la Escuela de Artes de La Vega, ayer, al inicio de los conciertos. | Fernando Rodríguez

Entre las pacas de hierba convertidas en asientos, compartidas por parejas, la gente se movió poco. En el descanso, la voz de Rodrigo Cuevas empezó a sonar desde los altavoces y el cielo empezó a dejar caer la lluvia, pero aparecieron los paraguas. La gente no se mueve de La Vega.

La iluminación del VeSu empezó a lucir en el descanso entre conciertos. Las luces, uno de los grandes aciertos técnicos de esta edición se recortaban contra los paraguas.

 Con la noche cerrada, y como en casi todos los conciertos que merecen la pena, el descanso se hizo largo entre grupo y grupo. En la retina todavía estaba la fuerza de la voz de “Mujeres”, la grasa de la guitarra y la batería. Los catalanes lo dieron todo y calentaron el ambiente para la llegada de los cabezas de cartel de la noche, “Triángulo de Amor Bizarro”. El indie reventó La Vega. La organización del festival salió a la palestra antes de su concierto para recordar que no se puede fumar pero que, bailar, lo que es bailar, está totalmente permitido. Pero el público apostó por la prudencia. Muchos se levantaron, aunque recurrieron a la fórmula del juntos pero no revueltos. La nueva normalidad casi se paladea.

El VeSu ya se conviritió en una fiesta. Una que seguirá. Todavía quedan muchos VeSus por repartir y los mismos por disfrutar. Y que todos sean en La Vega.

No podéis fumar, sed creativos”, empezó Isabel Cea al subirse a las tablas. Del sonido sucio y desenfadado de “Mujeres” La Vega viajó hasta las melodías de “Triángulo”. Los gallegos, que empezaron con “No eres tú” y la transición fue sencilla. Cea se llevó al público en brazos. “A nosotros nos da igual la lluvia”, comentaba un grupo de asistentes desde el patio de la escuela del recinto.

Y “Triángulo” dio una clase. Por los que llevan años en esto, no parece que pase el tiempo, pese al parón al que la pandemia obligó a todos los grupos del país. Y, entonces, sí, el VeSu ya se conviritió en una fiesta. Una que seguirá. Todavía quedan muchos VeSus por repartir y los mismos por disfrutar. Y que todos sean en La Vega. 

Agenda de hoy, sábado

"Menta" y "La la Love You": Fábrica de Armas de la Vega (14.00 Horas)

Kiko Veneno: Teatro Campoamor (19.00 Horas)

"Hinds" y "Novedades Carminha": Fábrica de Armas de la Vega (21.00 horas)

El grupo “Whales”

Para salvar el “indie” ibérico: El VeSu vuelve a apostar por la música independiente y lejos de etiquetas con un ojo siempre puesto en Portugal

C. Lamuño

El VeSu empezó con vanguardia de electrónica en un teatro, con gente de aquí, de Lugones. Volvió al Filarmónica con “Whales”, apuesta de última hora cuando se cayó la británica Arlo Parks, un plan B, que salió bien. Se repitió la fórmula de “First Breath”, y se buscó, del internacional, lo más cercano, un grupo portugués y solvente. El peso de la noche de una de las jornadas grandes del festival lo llevaron dos grupos igual de solventes, igual de contrastados. Música independiente y que parece que en la ciudad de la ópera y la zarzuela también funciona.

Sobre el escenario, de manera unánime, los artistas celebran volver a tocar. Y el respetable celebra disfrutar y disfruta el poder celebrar. La apuesta del VeSu, un festival único por ser tan joven como para haber nacido en pandemia y tan viejo como para haber resistido a ella, triunfa y salva del vacío de programación a los artistas y también completa los planes de una ciudad que necesita más “baja” cultura fuera de la semana que dura San Mateo. Que necesita posicionarse y quiere sacar la cabeza y hacerse un hueco en el circuito de festivales.


“Whales”, la representación portuguesa en el VeSu

En el VeSu no podía faltar la representación portuguesa. Si el año pasado fueron los lisboetas “First Breath After Coma”, este año han sido los también portugueses “Whales” los que ayer abrieron la sesión del festival ovetense en el Teatro Filarmónica. En la imagen superior, un momento del concierto.