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Regalina de abanico

Cientos de romeros celebran en Cadavedo la tradicional fiesta bajo un sol de justicia: «Llevamos en el alma la asturianía»

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La Regalina brilla en Cadavedo: todas las imágenes de una de las grandes citas del verano Tania Cascudo

La localidad valdesana de Cadavedo recuperó este domingo el esplendor de la fiesta de La Regalina bajo un sol de justicia y rindiendo tributo a quienes trabajaron duro en lo peor de la pandemia. Para los sanitarios fue el primer aplauso del público, respaldando las palabras del pregonero, Xosé Manuel Fernández, en la faliecha valdesana: «Pur fin pudemos facete, Regalina, nuesa Santa. Dispues de pasaus dous anus, la rumería de siempre, la que Galu empecipiara, que interrumpila tuvimus pur orden de los que mandan, pul andancio daquel virus, qu’a todus diou muita lata. Y’aunque’l andancio baxara, inda nun pasou del todu, qu’hay xente bien afetada, aunque tea vacunada. L’humenaxe ya pa todu el personal sanitariu, qu’entregarun sou esfuerzu pa volver normalizanus».

El popular pregón acostumbra a repasar los acontecimientos más destacados del último año y, también, rinde tributo a los vecinos recientemente fallecidos. No faltó mención a la guerra de Ucrania, a las andanzas del rey emérito, «experto en regateo», a la inflación y a las medidas para el ahorro energético planteadas por Pedro Sánchez, que «descubrió que para salir de esta crisis que nos mata, lo que tenemos que hacer es quitarnos la corbata».

Ante un concurrido campo de La Garita, Fernández lamentó también la mala situación del Occidente. «Los caminos comarcales ni se limpian ni se arreglan, y nuestros hospitales no levantan cabeza, con falta de especialistas que nuestros males atiendan», dijo, antes de reclamar un «buen empujón» para Valdés. Agradeció la implicación del consistorio con Cadavedo, pero pidió algunas mejoras como el arreglo de la carretera de la playa y la limpieza de las sendas y caminos. Antes de finalizar aplaudió el papel de cada uno de los vecinos que arriman el hombro «para que el pueblo tenga vida», empezando por los responsables de la Sociedad Popular La Regalina, organizadores de la fiesta.

En la cita se completó el hermanamiento entre la fiesta de La Vaqueirada y La Regalina, con las emotivas palabras del presidente del consejo rector de la primera, José Luis Rodríguez: «Xaldos y vaqueiros por fin juntos y bien avenidos, tiramos del mismo carro como una parejina de bueyes, en una alianza de sangre aldededor de las costumbres y el folclore asturiano». Ambas directivas aprovecharon el momento premio al baile de la danza prima para reclamar para Cadavedo el premio al «Pueblo ejemplar» de Asturias.

La Sociedad Popular entregó también el XXVIV premio de poesía Fernán Coronas, en alusión al Padre Galo, al profesor Gonzalo Llamedo, quien destacó el prestigio de este galardón en lengua asturiana. «Es un regalo enorme», dijo.

Los vecinos de la localidad vivieron con «ilusión y alegría» el regreso de una fiesta que llena de color el impresionante campo de La Garita. Las hermanas Blanca y Loli Peláez, que recurrieron como muchos romeros al abanico para resistir las altas temperaturas del mediodía, lo expresaron así: «Llevamos en el alma la tradición, el sentimiento y la asturianía de esta fiesta, que es momento de reencuentro y de disfrutar en familia».

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