Fiestón por partida doble en Pravia: el Xiringüelu charangueru y el Xiringüelu reguetoneru

Las tradicionales casetas y charangas de la romería praviana no decepcionan ni a locales ni a foriatos: «Nos habían hablado muy bien de esta fiesta, pero está siendo aún mejor»

La fiesta con el Dj vuelve "locos" a los más jóvenes, que tiraron de sidra e incluso de partidas de cartas

Marta Cercadillo / Jorge Lay

El Xiringüelu son dos. De una parte, el clásico, con las casetas, la sidra y las peñas. En otra parte del Prau Salcéu, está el Xirigüelu reguetonero, con DJ. En la parte "tradicional" ayer Pablo Fernández, escanciando sidra, rodeado de amigos y con el clásico pañuelo de Asturias al cuello.

En la caseta de la peña "El Cargaderu", este medio poleso medio luarqués se define como "embajador del Carmín en el Xiringüelu". Se había infiltrado en la zona de las casetas de la fiesta praviana con la misión de "hermanar las tres grandes romerías de Asturias". "Vengo al Xiringüelu en representación del Carmín. A la caseta de la hija de mi pareja para intentar llevar a esta gente al Carmín", explicaba Fernández. "El próximo año hay que hacer un San Timoteo-Carmín-Xiringüelu", añadía satisfecho porque, de momento ya había sido capaz de convencer, entre culete de sidra y con algunas cervezas, a los integrantes de esa peña para empezar "las negociaciones del Carmín 2024".

Los que seguro que aprueban esta idea de ir de fiesta en fiesta son la madrileña Paula del Pozo, el vallisoletano Carlos González y el praviano  Eliseo Rodríguez. Para los "foriatos", que se encuentran de vacaciones en Asturias, el de ayer fue el primer Xiringüelu. Para Rodríguez, por contra, ha habido tantos que ya ha perdido la cuenta. "Llevo siete años seguidos viniendo con caseta y sin ella ya ni mi acuerdo", expone el integrante de la "Peña La Real" y "culpable" de introducir a sus amigos en el folclore más asturiano.

VÍDEO: Así sonó el himno de Asturias en el Xiringüelu delante del "Ahorcáu"

Nacho Azparren

Estos tres jóvenes no han parado de salir desde que llegaron al Principado el pasado miércoles. Tenían que calentar y prepararse para lo que se venía encima porque el aguante fiestero es algo que se consigue "partido a partido".

Ayer se enfrentaban a la prueba de fuego las casetas y la charanga del Xiringüelu, y, quitando las "chumas y mi afonía", decía Carlos González, parece que la han pasado y que el resultado no pudo ser mejor. "Nos habían hablado mucho y muy bien de esta fiesta pero está siendo mejor de lo que nos había dicho. Hicimos bien en venir", manifestó la madrileña. "El año que viene más y mejor", añadió su amigo Carlos González.

Precisamente así, año a año, y con el objetivo de pasar un buen rato y "aguantar hasta siempre", la peña "Tacoloco" lleva ya existiendo "por lo menos" 15, explicaba Adrián Rubio, uno de los 35 pravianos que conforman "un grupo de amigos de toda la vida" y que, al igual que Miguel Kiko, natural de San Esteban de Pravia, y sus amigos de la peña "Focarón", "el alcohol, los hielos y las ganas de disfrutar del poco tiempo libre y de las pocas veces que nos podemos ver todos, vuelan".

Los más jóvenes celebraron con un Dj una fiesta "mitiquísima" y "a lo loco"

Aquí, al otro lado de la valla que divide el Xiringüelu, los más jóvenes se sienten atraídos por el botellón y la música reguetonera y no podían evitar cantar la canción "Punto G" de Quevedo sin entrar en éxtasis. Elisa Peralta, Irene Martino, Sofía Núñez y Álex Rodríguez, cumplen justo ahora los 18 años y están "preparados" para disfrutar la experiencia del Xiringüelu antes de iniciar una nueva etapa en la universidad. Entre risas, música y sidra, este grupo de amigos que se conoció en el Colegio Santa María del Naranco no deja pasar ni una. "Ayer fuimos a las Piraguas y empalmamos con esta fiesta. Nosotros preferimos esta parte de la fiesta porque suena música de reguetón", afirmaba Peralta.

Mientras el Dj amenizaba la fiesta con música reguetonera, justo enfrente del escenario y sentadas sobre una toalla estaban Cristina Prado, de Ponferrada, Sheila Núñez, de Oviedo, y Sara Beceiru, de Ferrol. Cuando todo el mundo daba saltos, o bailaba, las tres amigas disfrutaban de una partida de chinchón sobre una enorme toalla blanca. Sin miedo a ser engullidas por los jóvenes más alocados, Sara compartió su experiencia. "Es nuestra primera partida, estamos empezando mientras bebemos algo de sidra". Cristina, que viene de Galicia, estudió en Oviedo y siempre mantiene el contacto con sus amigas. "Siempre venimos a la parte del Dj porque nos parece más animada. Y lo de las cartas es provisional, en un rato nos verás bailando", añade.

... y también reguetoneru

Una joven disfrutando del Dj frente al escenario. / Marta CercadilloJorge Lay

Hay quienes son más precavidos, como es el caso de Andrea Alonso, Javier Martínez, Samuel Nieto, Natalia Cuervo, Guillermo Alonso y Rubén Lazcano, que se reunieron bajo un toldo blanco que ellos mismos habían montado, para resguardarse del sol y disfrutar de la música sin sufrir un golpe de calor. Rubén, que lleva viniendo al festival desde Avilés durante diez años, presentó a su amiga novata, Andrea Alonso, de Madrid, la increíble atmósfera de la fiesta. Andrea no pudo evitar mostrar su fascinación mientras en una mano sujetaba la cerveza, y en la otra un "donut". "Esta fiesta es muy top. En Madrid, llega el calor y se vacía", expresaba. Rubén lleva desde los 18 años viniendo al festival, y lo seguirá haciendo hasta que el cuerpo le pida que pare.

Pero no solo de Asturias, el Xiringüelu también atrajo a un grupo de amigas de diferentes partes de España. Carmen Rodríguez, de Ponferrada; Ana López, de Galicia; Luisa Pérez, de Mallorca, y Clara Vicente, de Zamora, se conocieron en una residencia de la Universidad de Oviedo donde estudiaron todas distintas carreras. La futura abogada, Luisa Pérez, exclamaba que esta fiesta es "mitiquísima" y para ella es obligatorio vivirla. Mientras tanto, su amiga Ana López bromeaba con el ambiente y aseguraba que "la gente viene a aparearse", pero a ella no le interesa.

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