Este fin de semana toca coger la tortilla, la empanada y plantarse en el embalse de Trasona (Corvera). Este rincón es, quizás, uno de los grandes desconocidos de Asturias, que pasa desapercibido al estar enclavado en una zona predominantemente industrial. Contra este encasillamiento luchan desde hace años en la comarca avilesina, donde quieren también hacerse un hueco en el turismo (www.avilescomarca.info).

Y hoy, sábado, el escaparate es de lo mejor, con la celebración de la popular jira al embalse, del que se goza de una vista espléndida desde la Autovía del Cantábrico, en sentido Galicia, poco antes de Avilés. A él se llega fácilmente por un desvío desde la carretera vieja entre Avilés y Oviedo, cerca de Los Campos. Merece la pena madrugar para coger buen sitio y poder disfrutar la jira, que empieza hacia las once y media de la mañana con los primeros desfiles de gaitas. Unos optan por instalarse en el área recreativa, si bien la mayoría de los romeros se instala en los prados que rodean el embalse y el palacio de Trasona, ejemplo de edificación rural asturiana con origen en el siglo XV. La casona ha pasado a lo largo de los siglos por las manos de varias ilustres familias asturianas. Ahora pide a gritos una reforma, y en su interior hay instalado un bar.

Los ingredientes de la jira son los habituales: conciertos, mercadillos de artesanía, exhibición de juegos tradicionales y paseos a caballo.

El día por la zona puede tener más atractivos. Se pueden hacer varias rutas, como la del Escañoiro (sencilla, parte de Entriago discurre junto al río Molleda y atraviesa varias cascadas). Otra opción es visitar el humedal de La Furta, en Nubledo, si bien hay que concertar antes la visita (www.corvera.es).