Para cuando los termómetros descienden a niveles mínimos existe una amplia variedad de prendas de vestir y complementos que ayudan a soportar las temperaturas invernales. Pero además de alejar del cuerpo el tan temido frío y mantener el calor corporal, son piezas ligeras y muy cómodas de llevar debido a los materiales de última generación utilizados para su confección. Atrás quedan aquellas piezas pesadas, rígidas y que encorsetaban.

Arroparse para combatir el frío no está reñido con el estilo y la moda; sólo requiere combinar con gusto las distintas piezas. En este sentido, la superposición de prendas, siempre en armonía unas con otras, es una forma de enfrentarse a los contrastes de temperatura. Además de una pieza exterior de abrigo que ahuyente el frío, es aconsejable el uso de un gorro o sombrero para evitar que el calor se escape por la cabeza y una bufanda para proteger el cuello y la garganta, zona especialmente sensible a las bajas temperaturas. Los guantes, por su parte, defienden la piel de las manos, y los calcetines, medias o leotardos, además de un calzado resistente (preferible botas), impiden al viento y al agua colarse y destemplar el cuerpo. Y los más frioleros pueden optar por ropa interior térmica, aislante, ligera y cómoda.