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El clímax de un largo clímax

Se acerca el final del mayor atraco de la historia, el segundo tratado de perpetrar por una banda que acaba de perder a uno de sus principales pilares, si no el principal. “La casa de papel” será casi otra serie, no solo a nivel argumental sino también narrativo, cuando regrese para sus episodios finales en diciembre.

El grupo empezó esta temporada de luto por Nairobi (Alba Flores) y arrancará la siguiente tanda bajo el choque de un sacrificio que trajo, irremediablemente, recuerdos de “Breaking bad”. No han sido horas fáciles para la banda: estamos, al fin y al cabo, en el clímax de una serie en forma de largo clímax. El grueso de esta quinta parte, volumen primero, se ha convertido en una orgía de acción militar en un espacio más o menos reducido. La guerra ha sido a tres bandas: están los héroes imperfectos, el Escuadrón Suicida castizo del comandante Sagasta y unos rehenes fugados que el siempre desastroso Arturo quiso liderar con lanzallamas a lo Ripley y, después, con vehículo blindado. Intercambios de munición pesada, granadas dentro de pollos, explosiones que harían palidecer a Michael Bay: los verdaderos creyentes de la religión de la acción habrán visto pocas veces un espectáculo así en televisión. El caos no es solo efectivo, sino en muchos casos virtuoso.

Semejante acumulación de instantes explosivos puede llegar, por otro lado, a resultar agotadora. En su afán por formular el folletín de acción menos aburrido imaginable, Álex Pina y su equipo pueden olvidarse a veces de equilibrar la tensión máxima con los necesarios momentos de respiro. En estos episodios se han echado en falta más golpes de humor, sobre todo porque los incluidos han funcionado. El factor “flashback” ha servido también a la emotividad. Hemos visto a Tokio reunida con Nairobi en la casa donde prepararon el atraco. Mientras hablan sobre lo que podría haber detrás de la vida, Tokio lanza su teoría: “Yo creo que te quedas a vivir en el último pensamiento que tienes antes de morir. Por eso, cuando hay jarana, yo siempre pienso en los sitios donde fui feliz. Y en esos recuerdos me quedaré a vivir para siempre”.

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