El clavazo estratosférico por un café que ha compartido un famoso músico: "Y con un buñuelito del tamaño de un pulgar..."

"Me detuve en un hotel pijo... Pero nunca más"

El clavazo estratosférico por un café que ha compartido un famoso músico: "Y con un buñuelito del tamaño de un pulgar..."

El clavazo estratosférico por un café que ha compartido un famoso músico: "Y con un buñuelito del tamaño de un pulgar..." / Shutterstock

María Fernández

Los "clavazos" por un café ya son un clásico en algunas capitales europeas. Especialmente en zonas de gran afluencia turística. Pero no por eso dejan de ser llamativos algunos de ellos. Y un conocido pianista, James Rhodes, hizo público uno que se ha hecho notar en las redes.

Es verdad que el café ya está consolidado como una de las bebidas más populares del mundo que, a pesar de sus consecuencias, hay miles de personas que dependen de beberse uno o más al día. Algo que ha derivado en el desarrollo de un amplio abanico de cafés y formas de prepararlo.

Asimismo, es muy común que las personas utilicen las redes sociales para quejarse de algo. Y si es sobre precios, hay miles de quejas cada día. Algunas con más razón que otras.

Recientemente, el pianista y escritor español de origen británico James Rhodes ha compartido en sus redes sociales una imagen que ha dado mucho de qué hablar. Se trata del ticket de un café con leche donde se puede ver lo que le ha costado: "Pensé que practicaría haciendo cosas buenas por mí mismo (consejo del psiquiatra). Así que me detuve en un hotel pijo para tomar un café. Mátame camión. Nunca más.", publica.

No muestra cual fue el lugar en el que lo pidió, pero sí el precio: nada más y nada menos que 11 euros.

En una respuesta a un seguidor, aclara que fueron "superencantadores". "Y el café era delicioso pero pequeñito. Con un buñuelito solitario del tamaño del pulgar de un niño pequeño. Nunca me he sentido más como un pulpo en garaje", escribe.

"Joder, ¿que eran granos de oro?", dice irónicamente un usuario al ver el precio. "Podías haberte acercado al aeropuerto. ¡Es mucho más barato!", le sugiere otro. Mientras que otro se alivia: "Menos mal que no paraste a comer, James".

Es la historia de otra factura abultada que se hace famosa en internet. Esta vez en un hotel donde más que seguro James Rhodes no volverá a parar para tomar un café.