¿Es peligroso el laurel? Estas son las contraindicaciones de la planta de moda

Tiene múltiples beneficios, pero también puede ser perjudicial para algunas personas

El laurel es una planta con muchas propiedades beneficiosas para la salud. Dos de sus componentes, el cineol y el eugenol, son los que le otorgan al laurel su propiedad principal: facilitar las digestiones, así como prevenir la acidez y reducir los gases presentes en el conducto digestivo y que tantas molestias ocasionan. Además, el laurel tiene efectos bactericidas, antisépticos, expectorantes y antiinflamatorios por lo que está recomendado para las afecciones del aparato respiratorio como, por ejemplo, gripe, faringitis o bronquitis.

También es diurético y sudorífero –favorece la eliminación de líquidos– por lo que es frecuente su uso en dietas de adelgazamiento. Pero además, a través de dicha eliminación de líquidos no sólo eliminamos toxinas sino que reducimos la presencia en nuestro organismo del ácido úrico, por lo que el laurel resulta beneficioso para aquellas personas con problemas circulatorios, o bien para las que padecen gota o enfermedades hepáticas.

El aceite de laurel se utiliza en aromaterapia para aliviar el dolor muscular. También puede usarse de forma tópica para regenerar la epidermis o para tratar ciertas afecciones de la piel causadas por hongos, así como para contusiones, quemaduras, úlceras, abcesos o acné.

Contraindicaciones del laurel

No se debe consumir durante el embarazo, la lactancia, en menores de seis años, en pacientes con gastritis, úlcera gastroduodenal, intestino irritable, colitis ulcerosa, epilepsia, Parkinson y otras patologías que afecten al sistema nervioso. El consumo excesivo puede provocar vómitos y náuseas, y su uso tópico puede producir dermatitis de contacto y reacciones alérgicas.

Se recomienda no usar ninguna medicina natural con Laurus nobilis durante más de 10 días consecutivos y no exceder la dosis de hasta 2 tazas de té al día. Antes de hacer cualquier uso tópico del laurel, se debe asegurarse de que esta planta no le cause alergias.

Infusiones de laurel

La forma más habitual de tomar el laurel es en infusión. Ésta puede realizarse poniendo sus hojas en agua fría y llevándola a ebullición, o bien sumergiendo dichas hojas en agua hirviendo. En cualquiera de los dos casos, hay que dejar reposar la infusión al menos diez minutos y, posteriormente, colarla antes de ingerirla.

Para elaborar el té de laurel se emplea un litro de agua y aproximadamente 20 o 30 gramos de hojas, siendo las más recomendadas aquellas que están más maduras y frescas, ya que las propiedades y principios activos del laurel suelen reducirse en el caso de las hojas secas. Respecto a la dosis, puede tomarse hasta un máximo de cuatro veces al día, aunque en este caso siempre debes seguir las recomendaciones de un experto que adecuará la cantidad apropiada a tus necesidades.

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