Un colador dentro de la olla: la manera correcta para que la pasta quede en su punto

En la vida repetimos acciones, actividades y tareas continuamente. Algunas requieren de un mayor esfuerzo, concentración y dedicación debido a su complejidad o importancia, mientras que otras las realizamos en poco tiempo y sin apenas trabajo. Es evidente que preparar la Prueba de Acceso a la Universidad, la Prueba de Acceso a ciclos formativos o a unas oposiciones no es lo mismo que fregar los platos o los cacharros de cocina, del mismo modo que tampoco podemos comparar la dificultad y relevancia de conducir cualquier tipo de vehículo con la de elaborar un plato de pasta para comer.

Crema Nivea con café, la tendencia antiedad que cada vez copia más gente

Todas son actividades importantes, por supuesto, y también necesarias para nuestro día a día. Algunas de ellas, de tanto hacerlas, se han convertido ya en parte de nuestra rutina. Y otras, aunque no las realizamos a diario, terminamos haciéndolas con buenos resultados de manera automática y mecánica sin apenas pensar en su desarrollo. Sin embargo, esto no significa que lo estemos haciendo de la manera correcta. Si bien solemos dar por bueno aquellos rituales que repetimos y que vemos a los demás realizar, estas no son necesariamente las mejores técnicas, aunque funcionen. Es por eso que seguramente lleves cocinando mal la pasta, el brócoli, la coliflor o cualquier otra comida que requiera el uso de un colador.

Y es que, es probable que, cuando llegues al paso de la receta en la que toque colar los alimentos, sigas un procedimiento igual o, al menos, muy similar al siguiente: retiras la olla del fuego, colocas el escurridor o colador en el fregadero y viertes encima de este utensilio el contenido de la cazuela de manera que el agua discurre por el sumidero, y tú tienes ya lista para consumir tu comida. Pues bien, déjame decirte que esto, según los expertos, no es lo correcto. De hecho, el colador está diseñado para que puedas eliminar el agua sobrante de tus platos de una manera muchísimo más sencilla todavía, aunque parezca imposible.

¿Cómo se hace?

Por lo tanto, después de retirar la cazuela del fuego, coloca el escurridor en el interior de la olla. Luego acércate al fregadero y vuelca el contenido directamente en él de manera que se vaya filtrando el agua a través de los agujeros del utensilio. Esto, además de resultar más fácil, también permitirá que la comida permanezca dentro de la cacerola para que puedas añadir tus salsas más cómodamente, o para que puedas seguir cocinando tus alimentos.

Además, esta técnica la podrás llevar a cabo sin importar si tu fregadero esté o no limpio y sin que tengas que preocuparte por si hay o no platos, vasos, cazuelas, sartenes o demás cacharros sucios en su interior. También evitarás posibles salpicaduras del agua caliente. No obstante, ten en cuenta que este truco solo funcionará si el colador tiene el tamaño suficiente, es decir, si encaja en el diámetro de la olla.