Los amantes del «Titanic», cuya historia todavía fascina a personas de todo el mundo, tienen por primera vez la oportunidad de hacerse con alguno de los 5.500 objetos que se rescataron del fondo del océano Atlántico gracias a una subasta que se celebrará en abril, cuando se cumplen cien años del hundimiento. El más curioso de estos objetos son unos prismáticos que pudieron ser los que el vigía del «Titanic» perdió, lo que le impidió atisbar el iceberg que provocó que el transatlántico se hundiera en la madrugada del 15 de abril de 1912. Otros ejemplos de esta colección, que se venderá desde el 2 de abril y que se ha reunido a lo largo de 17 años y siete inmersiones, desde que en 1987 se iniciara la recuperación de los restos del naufragio, son una pieza del hall del barco, de ocho metros por quince, o un pequeño brazalete de oro con un diamante engastado. Algunos son tan «curiosos» como un tarro de pomada para el cabello masculino, que se conserva intacto, un gorro de panadero, un billete de cinco dólares o unas postales compradas en Londres por uno de los pasajeros, que las llevaba como recuerdo.