Siempre polémico, lenguaraz y coherente con sus convicciones, Morrissey no iba a dejar pasar esta noche su actuación en la capital del país taurino por excelencia sin arremeter contra lo que este icono británico de la música considera una crueldad intolerable, la llamada fiesta nacional.

"¡La vergüenza de España!", gritó durante su concierto en el Palacio de los Deportes de Madrid, tras interpretar "The bullfighter dies" ("El torero muere") ante la imagen de un toro cogiendo al matador.

El gesto no lo recibieron mal las 5.000 personas que asistieron a su primer concierto en España -mañana actúa en Barcelona-, al menos mejor que el otro momento polémico de la velada, cuando interpretó "Murder is meat" con aplausos leves y fríos a su conclusión. Imágenes de mataderos atestados y sacrificios de animales de una crudeza atroz acompañaron los acordes apocalípticos de este clásico de su exbanda, "The Smiths", provocándoles a unos una estupefacción congeladora, mientras otros aguantaron el tipo apartando la mirada, cuando no desmayándose, como en algún caso esporádico.

Morrissey manejó un repertorio trufado de canciones de su último álbum, "World peace is none of your bussiness" (2014), y singles raros de otros discos. Morrissey aún mantiene el tipo en escena.