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El director de la zarzuela que indigna al PP: "Que respeten la libertad creativa"

"¡Cómo está Madriz!", que se representará en Oviedo, lleva a gente al teatro "que ni sabía dónde estaba", se congratula Miguel del Arco

Miguel del Arco.

"Conseguimos un éxito de público inigualable". El que habla es Miguel del Arco (Madrid, 1965), el director artístico de la compañía "Kamikaze" y el creador de montajes tan preclaros como el último "Hamlet" o un "Misántropo" gigantesco que se estrenó en el teatro Palacio Valdés de Avilés. Pero Del Arco no está ahora en el candelero por eso, más bien por una situación extraordinaria: es el responsable de la revista "¡Cómo está Madriz!", un montaje que suma las zarzuelas "La Gran Vía" y "El año pasado por agua", de Federico Chueca y Joaquín Valverde, y que no gusta nada a cierto sector del público que el propio Del Arco llama "purista".

El motivo son las alusiones a personajes vinculados al PP y manchados por la corrupción, como Luis Bárcenas. El exministro Gallardón se levantó de la butaca y se fue. El miércoles pasado se organizó otro escándalo: un grupo entre el público logró interrumpir la función. "¡Cómo está Madriz!" se representará en el teatro Campoamor de Oviedo el 24, 25 y 27 de este mes.

"Haremos 18 funciones y al final de la temporada habrán pasado por el teatro de la Zarzuela de Madrid casi 20.000 personas. Esto es un éxito objetivo", reconoce el dramaturgo madrileño. "A ver cómo se nos da Oviedo. La semana que viene estaré ya allí. Me llevo a los actores y a los cantantes solistas, pero el coro será el del Campoamor, y la orquesta, la de Oviedo", anuncia.

Sin intención previa -"Yo no toco las pelotas por tocar las pelotas", reconoce Del Arco- el espectador que paga la entrada para ver "¡Cómo está Madriz!" puede disfrutar de dos espectáculos en uno: el de la propia revista a lo moderno y el que añaden los "puristas" que montan el pollo en el patio de butacas porque no terminan de estar de acuerdo con lo que el madrileño ha ideado para darle verdor a dos creaciones clásicas como los propios Chueca y Valverde, dos hombres de escena que no se cortaron un pelo al poner sobre la escena lo que estaba sucediendo en la España de su época, finales del XIX.

"Lo raro es la poca memoria que tienen estos 'puristas': cuando se estrenó 'La Gran Vía' -en 1886- el gobernador de Madrid puso el grito en el cielo porque en la escena de la 'Jota de los ratas' la Policía era burlada". Entre otras cosas estos ratas cantan: "Siempre que nos persigue la Policía / es cuando más tranquilos timamos más". Miguel del Arco reconoce que no ha actualizado este número "con pícaros divertidos". Ha optado por Bárcenas, Pujol y Urdangarín. Y eso fue lo que mosqueó al exministro Alberto Ruiz-Gallardón, que prometió no volver al teatro para ver algo firmado por Del Arco. "Que no vuelva", sentencia el dramaturgo, poco preocupado por el qué dirán. "Me parece muy bien que no guste lo que hago, que es normal, lo que no me parece nada bien es que interrumpan el montaje, que no respeten la libertad creativa y que se marchen en medio de la función porque pueden esperar al final y abuchearnos, que así se hacen las cosas", invita Del Arco.

Pero Del Arco no sólo tiene a los grandes protagonistas de los escándalos mediáticos en el punto de mira. "Salen un montón de fichas policiales: los líderes del PP de Valencia y el de Manos Limpias", explica. "Me lo decía una actriz: que no me caso con nadie, que no es cosa de que vaya contra el PP. En la versión original, la de hace siglo y pico, los líos están entre Cánovas y Sagasta porque temen que llegue un tal Pablo Iglesias, el original... Es que me lo estaban poniendo a huevo", se ríe el director de escena.

Del Arco reconoce que el lío que se está montando en torno a su trabajo contribuye al enriquecimiento de la zarzuela. "Va al teatro gente que no sabía ni dónde estaba. Eso está bien, ¿no?".

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