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Cita amorosa en casa de Bertín

La entrevista con Aznar arruina la audiencia del programa "Mi casa es la tuya" pero se convierte en un festival en las redes a cuenta del "no bigote" del expresidente

Bertín Osborne quería hacer una entrevista al expresidente del Gobierno José María Aznar y le salió un homenaje. Pasa hasta en las mejores familias. El presentador y cantante se dejó llevar durante más de dos horas por el "magnetismo" aznarista y para cuando quiso darse cuenta ya le había confesado que siempre le había votado y que si él se lo hubiese pedido se habría presentado a lo que fuera en representación del PP. "Impone mucho", le había avisado Esperanza Aguirre, pero no sirvió de nada.

Seguro que Telecinco pensaba que, fuera hecha con más o menos acierto, una entrevista con el expresidente Aznar mostrando su lado más íntimo despertaría la curiosidad de la audiencia. Nada más lejos de la realidad. "Mi casa es la tuya" registró el peor dato de su historia (1.625.000 espectadores y 13% de cuota de pantalla) bajando por primera de los dos millones de espectadores. El programa registró la mitad de audiencia que la entrevista al futbolista Joaquín. La debacle fue aprovechada por el espacio "Gipsy Kings" para liderar la noche del miércoles. España ya no va tan bien con Aznar.

Mientras se daban el batacazo, las redes sí que supieron ver el filón de la aventura hagiográfica de Bertín Osborne. "¿Esto es una entrevista o "First dates?", se preguntaban muchos tuiteros mientras esperaban a que apareciese Carlos Sobera, como en el programa de citas de Cuatro. Incluso Jordi Évole dejó a un lado la competencia entre cadenas para comentar la entrevista haciendo referencia al "no bigote" del expresidente: "Dice Aznar que sí, que hay bigote. Pues si ahí hay bigote, igual también había armas de destrucción masiva", escribió. Políticos como Pablo Iglesias o Gaspar Llamazares tampoco quisieron dejar pasar la oportunidad de sumarse al debate en las redes.

Durante la entrevista, Aznar tuvo tiempo para recordar a su familia, contar cómo conoció a su mujer Ana Botella y valorar algunos de los temas más polémicos de su vida política como la Guerra de Irak. Entonces dió el titular de la noche: "No he tenido mejor foto que la de las Azores". La boda de su hija no apareció entre las preguntas y un personaje importante de sus mandatos como Rodrigo Rato, fue relegado a alguna de las imágenes de archivo que pasaban ante el espectador al son de la música motivadora.

Cómodo durante todo el programa, Aznar se abrazó a un cojín en el sofá para seguir contándole su vida a un emocionado y entregado Bertín. El expresidente, conocido por su poca expresividad, parecía haber recibido un cursillo acelerado para sonreír tras cada frase intentando parecer más cercano y amigable. Por momentos, la entrevista parecía un duelo de campechanía.

Si Rajoy había llevado a Bertín una empanada para no dejar en evidencia sus nulas habilidades en la cocina, Aznar decidió superarle y se atrevió a ponerse el delantal para cocinar. El menú: ensalada de tomate y bonito. No es broma. Entre copa y copa de vino, Bertín se puso en los zapatos de Iker Jiménez y llegó a preguntarle al expresidente si había fantasmas en la Moncloa.

Tras la comida, prefirieron cambiar el futbolín por el fútbol campo y se retaron entre las porterías en un juego de preguntas y respuestas con balas de fogueo y mucho peloteo. El momento televisivo sirvió sobre todo para que Aznar hablase de si mismo en tercera persona y para que asegurase que no piensa volver a dejarse un bigote de verdad. Con un helado en la mano, Bertín se hizo con las fuerzas necesarias para preguntarle, casi sin voz, si tenía pensado crear otro partido. La negativa del expresidente permitió al presentador terminar la entrevista entre abrazos, cerca de la una y media de la madrugada. Una pena que ya no quedase nadie para verlo.

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